No puedo apoyar al juez LaSalle

A pesar del carácter histórico de esta nominación, el Senado estatal tiene la obligación de evaluar a este candidato en función de sus calificaciones

Senador estatal Gustavo Rivera.

Senador estatal Gustavo Rivera. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

La oportunidad de liderar el sistema judicial de Nueva York nunca antes se le ha ofrecido a un latino, o cualquier persona de color.  Esto recientemente cambió cuando la gobernadora Kathy Hochul nominó al juez Héctor D. LaSalle para la posición de juez principal de la Corte de Apelaciones. A pesar del carácter histórico de esta nominación, el Senado estatal tiene la obligación de evaluar a este candidato en función de sus calificaciones para este puesto en medio de un momento tumultuoso en el rol de nuestros tribunales.

No voy a negar la importancia de la representación. El observar nuestro sistema legal y ver a un neoyorquino de origen puertorriqueño a la cabeza puede tener un efecto visceral, positivo y transformador en toda nuestra comunidad. Es la esperanza del Sueño Americano, la promesa de que todos tenemos la oportunidad de triunfar. Sin embargo, no puedo apoyar a un candidato a un cargo tan alto únicamente en pro de la representación. ¿De qué sirve esa promesa si elevamos a un líder que podría socavar las leyes que la sustentan?

Como he dicho, el origen étnico de un candidato no puede ser la única calificación por la cual medimos la capacidad o compromiso para garantizar la justicia para todos los neoyorquinos. Debemos mirar su historial y cómo eso afectaría a todas nuestras comunidades.

Algunos defensores del juez LaSalle han acusado a aquellos que se oponen a esta nominación como yo de aplicar una doble estándar con esta nominación. Los argumentos de los proponentes son consistentemente escasos en el análisis de por qué el juez LaSalle debería ser elevado para dirigir la Corte de Apelaciones y administrar todo nuestro sistema judicial. Las opiniones judiciales a las que se unió el juez La Salle deberían ser el estándar básico por lo que deberíamos considerar los méritos de esta nominación.

Desde mi punto de vista, los fallos a los que ha sumado el juez La Salle, han superpuesto los intereses de los poderosos sobre los de los vulnerables. Se ha prestado mucha atención a sus decisiones en contra del aborto y antisindicales en los casos Evergreen y Cablevision respectivamente. Por supuesto, no podemos resumir su carrera en dos casos. Pero hay varias otras decisiones que me preocupan mucho a mí y a muchos otros líderes, latinos o no.

La decisión a la que se unió el juez LaSalle sobre el caso de Keanu S., impidió que un niño inmigrante aprovechara los servicios para niños inmigrantes que sufrían abuso o negligencia. En lugar de eso, se identificó a ese niño como un delincuente violento y se concentró en su historial criminal en lugar de adherirse a las normas federales y la intención congresional al crear la ley. En Howell v. City of New York, el juez LaSalle se unió a una opinión que falló en contra de una mujer cuyo abusador había violado ocho órdenes de restricción en contra, y a pesar de haber descubierto que la policía a la que esta mujer llamó repetidamente pidiendo ayuda y que solo le dijo que se mudara y la amenazó con arrestarla, no eran responsables de ninguna manera por sus lesiones. En el caso de People v. Bridgeforth, el juez LaSalle no pudo encontrar protecciones en las constituciones federal o estatal contra la discriminación por el color de la piel, cuando un fiscal excluyó del jurado a todas las mujeres de piel oscura.

Estas decisiones limitaron la forma en que los neoyorquinos pueden protegerse o desafiar al sistema, ampliaron el poder que tiene nuestro sistema criminal racista y facilitaron que otros sistemas, como el sistema de inmigración, ejerzan poder contra las personas vulnerables. Consecuentemente, estos sistemas continuamente llevan la ley a un lugar que perjudica a aquellos más débiles, casi siempre personas de color, en casi todos los casos. No podemos permitir que un juez que esté de acuerdo con estas decisiones dirija el tribunal más alto de nuestro estado cuando la Corte Suprema de los EEUU está activamente eliminando tantos de nuestros derechos.

Basado en el record del juez LaSalle, que es parte de la debida diligencia que requiere este proceso, muchos comparten mi firme creencia de que sus decisiones han perjudicado a los trabajadores, los pobres, las personas de color, los sobrevivientes de violencia doméstica y más. El Juez LaSalle tendrá la oportunidad de hablar por sí mismo en la audiencia del comité judicial del Senado estatal de este miércoles.

Existe una necesidad urgente de que los líderes judiciales garanticen la justicia para los más vulnerables, para revertir nuestra historia de desequilibrio a favor del bien común. En buena conciencia, no puedo apoyar a Héctor LaSalle para que se convierta en juez principal de la Corte de Apelaciones porque los neoyorquinos y las comunidades a las que sirvo merecen un sistema judicial comprometido a hacer frente a los poderosos.

Gustavo Rivera es senador estatal de Nueva York.

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