Inflación en Estados Unidos está afectado la alimentación saludable de los hispanos
Un 51% de los inmigrantes hispanos consumen comida rápida por lo menos una vez a la semana
La inflación de Estados Unidos llegó a un 6,5 % en diciembre pasado, está exacerbando las dificultades de los estadounidenses para acceder a alimentos saludables y, consiguientemente, reduciendo las posibilidades de mantener sano el corazón.
Sin embargo, un problema que se agrava entre los hispanos por ser un grupo muy afectado por la obesidad y el sobrepeso. El cardiólogo Carlos González-Lengua, del grupo Cleveland Clinic, que cuenta con hospitales y centros en Estados Unidos, Canadá, Abu Dabi y Reino Unido afirmó que el costo de los alimentos es un factor se debe tener en cuenta.
“En un supermercado en Estados Unidos comprar una libra de vegetales, una libra de fruta fresca, es más costoso que comprar una bolsa de dulces o papas fritas”, dijo a la agencia española de noticias EFE. El especialista cree que el encarecimiento de los alimentos afecta “claramente” la salud pública en un país, donde, en general, “no se come saludable”.
Según la última encuesta anual realizada por la Clínica Cleveland un 45 % de los estadounidenses dice comprar comida rápida por lo menos una vez a la semana y más de dos tercios (70%) preparan comida en casa al menos cuatro veces por semana.
En el caso de los inmigrantes hispanos el porcentaje de los que consumen comida rápida por lo menos una vez a la semana sube al 51%. Según un sondeo también son menos los hispanos (63%) que preparan comidas en casa al menos cuatro días a la semana que el conjunto de la población (70%).
Para un 46% de los estadounidenses el mayor obstáculo para una alimentación saludable es el costo de los alimentos que son beneficiosos para la salud, aunque también cuentan la falta de tiempo (23%) o no saber cocinar esos platos (20%). Entre los hispanos las cosas están peor: un 50 % dice que los precios elevados son su principal barrera para acceder a una alimentación sana y un 30 % apunta a la falta de tiempo para acceder a ese tipo de comida.
Por otro lado, el sedentarismo y la mala alimentación son factores de riesgo para el corazón, como también lo es el consumo de alcohol y/o tabaco, y en todos los casos son hábitos “modificables”, subraya el especialista.