La empresa de submarino desaparecido en zona donde yacen restos del Titanic ignoró advertencias de que podían poner en peligro catastrófico a sus pasajeros
Un exempleado de OceanGate alertó a la empresa en un informe en el 2018 que la embarcación "Titán" que desapareció este lunes en el Atlántico con cinco tripulantes necesitaba ser sometida a más pruebas
Un supuesto exingeniero de OceanGate advirtió a la empresa en un informe en el 2018 que la embarcación “Titán” que desapareció este lunes en el Atlántico con cinco tripulantes necesitaba ser sometida a más pruebas y que los pasajeros podrían estar en peligro si el sumergible alcanzaba profundidades extremas.
Como resultado de la divulgación de la información, la compañía demandó a David Lochridge bajo el argumento de que incumplió con el acuerdo de no hacer pública la información. Lochridge, a su vez, contrademandó por entender que fue despedido injustamente y en represalia a sus avisos.
El exdirector de operaciones marítimas, específicamente, alertó sobre su preocupación por el uso de un control acústico sensible (sonidos de crujidos o chasquidos producidos por el casco bajo presión) para detectar fallos, y no de un escaneado del casco. Lochridge reveló que la empresa le indicó que no existía equipo que pudiera realizar una prueba de este tipo en el casco de fibra de carbono de 5 pulgadas (12.7 centímetros) de grosor.
“Esto era problemático porque este tipo de análisis acústico sólo mostraría cuándo un componente está a punto de fallar -a menudo milisegundos antes de una implosión- y no detectaría ningún fallo existente antes de ejercer presión sobre el casco”, lee la contrademanda de Lochridge citada por Telemundo Noticias.
Por otro lado, la embarcación estaba diseñada para alcanzar profundidades de 4,000 metros (13,123 pies), en la zona donde se encuentran los restos del Titanic. Pero, según Lochridge, el portillo (ventana) para pasajeros sólo estaba homologado para profundidades de hasta 1,300 metros (4,265 pies). OceanGate supuestamente no quería pagar para que el fabricante construyera uno homologado para los 4,000 metros.
El recurso plantea que lo anterior podía traducirse en problemas de seguridad.
En respuesta, la empresa con sede en Washington argumentó que Lochridge no era ingeniero y que no se le pidió que realizara ese tipo de servicios en el Titán. La empresa alegó que el empleado fue despedido porque se negó a aceptar las garantías ofrecidas por el ingeniero jefe, en el sentido de que el protocolo de monitorización y pruebas acústicas era más adecuado para detectar fallas que un escáner.
El caso se resolvió varios meses después sin que trascendieran detalles del acuerdo.
En declaraciones escritas, un portavoz de la compañía dijo que la construcción del submarino desaparecido fue completada entre 2020 y 2021, por lo que no es el mismo al que se hace referencia en la demanda.
También en el 2018, OceanGate recibió otra advertencia, pero de la Sociedad de Tecnología Marina. Por medio de una carta que reseñó The New York Times, el grupo de expertos señaló la necesidad de que la empresa sometiera su prototipo a pruebas supervisadas antes de empezar a realizar las travesías.
Sin embargo, el director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush y quien pilota el sumergible desaparecido, se negó a hacerlo.
En la misiva, los miembros de la entidad manifestaban su preocupación sobre el enfoque experimental actual adoptado por OceanGate, ya que el mismo podría dar lugar a resultados negativos (de menores a catastróficos) que tendrían graves consecuencias para todos en la industria.
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