¿Por qué las autoridades continuaron la búsqueda de sumergible de OceanGate si sabían desde el domingo que había implosionado?
Algunos consideran que la misión significó una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero en vista de que las posibilidades de hallar con vida a los tripulantes eran prácticamente nula
Un equipo de inteligencia ultrasecreta de la Marina de Estados Unidos detectó la implosión del sumergible de OceanGate el domingo; sin embargo, no fue hasta cuatro días después que anunciaron públicamente del evento, lo que algunos consideran que significó una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero en vista de que las posibilidades de hallar con vida a los tripulantes eran prácticamente nula.
El sistema acústico de la Marina detectó una anomalía que pudo haber sido resultado de una implosión o explosión en la zona por donde la embarcación descendió poco después de que los tripulantes perdieran contacto con el exterior el domingo, aproximadamente una hora y 45 minutos tras el descenso.
Las autoridades no divulgaron la información en ese momento ni detuvieron la misión porque el hallazgo no era definitivo. En ese punto de los procesos, los equipos tenían como meta realizar todos los esfuerzos posibles para salvar la vida de los cinco viajeros.
James Cameron, director de la película “Titanic” en la que se recrea el trágico hundimiento del trasatlántico en el 1912 por esa zona, indicó a la BBC que tan pronto el “Titán” perdió comunicación con la superficie tanto él como otros en la comunidad submarina pensaron que el grupo estaba muerto.
“Eso fue un giro cruel y lento del tornillo por cuatro días considero yo, porque yo sabía la verdad desde el lunes”, declaró.
Los datos preliminares divulgados el martes sobre los resultados de la búsqueda apuntaban a ruidos como de golpes cada 30 minutos, lo que sugería que los tripulantes podían estar vivos.
El jueves, en horas del mediodía, John Mauger, el contralmirante de la Guardia Costera de Estados Unidos, anunció que habían detectado escombros en el área donde yacen los restos del “Titanic”. Posteriormente, la agencia confirmó que correspondían a la parte externa del sumergible Titán.
Ese mismo día, se confirmó que los ocupantes de la nave habían fallecido.
Las labores de recuperación de los restos del aparato continúan en un intento por esclarecer las circunstancias del siniestro.
Expertos como Roger García, director de operaciones de la base subacuática Aquarius en Florida, teorizan que la implosión habría sido provocada por un debilitamiento lento y gradual del material de la cámara de la embarcación por la alta presión exterior, luego de inmersiones previas a gran profundidad.
Un piloto que viajó en el Titán en el 2019 como parte de una travesía a las Bahamas alertó al CEO de OceanGate, Stockton Rush, sobre ruidos extraños en medio de la expedición.
El día después de la inmersión, Karl Stanley envió un correo electrónico que no fue contestado por Rush en el que exponía sus preocupaciones de seguridad.
Esa no era la única alerta que había recibido el consejero delegado de la firma desde el lanzamiento del sumergible, cuyo primer viaje se realizó en el 2018.
Ese mismo año, un empleado presentó un informe que avisaba de los riesgos si la nave alcanzaba profundidades extremas. La empresa, que le restó validez a los hallazgos, despidió al ingeniero y lo demandó por divulgar supuesta información privada.
Aparte de Rush, en la tragedia falleció el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman; Hamish Harding y Henry Nargeolet, explorador británico y francés, respectivamente.
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