Yunguilla: viva la belleza del campo ecuatoriano

Cuando se piensa en visitar Ecuador sin duda saltan a la mente lugares como las famosas playas de las Islas Galápagos o el súper conocido monumento de La Mitad del Mundo. Sin embargo, para quienes quieren vivir una experiencia más cercana a las tradiciones campesinas de ese país suramericano, existe una comunidad que le ofrece al turista la oportunidad de hacerlo: Yunguilla.

Ubicada a tan solo una hora al noroccidente de Quito en la parroquia de Calacalí, a una altura de 2.650 metros sobre el nivel del mar, la Comunidad Yunguilla se pierde entre el bosque nublado, un gran atractivo para los amantes de la naturaleza y de los climas templados ya que hasta en verano sus temperaturas oscilan entre los 60 y 70 grados.

Allí, las 56 familias que forman parte del área se han unido para ofrecer lo que ellos llaman Turismo Comunitario, una experiencia que ofrece contacto directo con los visitantes, quienes tienen la oportunidad de trabajar, comer, conversar y disfrutar con los lugareños.

“El 15 de febrero de 1998 nos visitaron los primeros turistas, un grupo de holandeses, y eso cambió todo en la comunidad”, señala Diana Torres, Guía Local de la Corporación Yunguilla. “Al principio recibíamos a unas 200 personas mientras que el año pasado la cifra llegó a 7,500”.

Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus 180 pobladores mediante el manejo adecuado de los recursos naturales, desarrollando actividades que apuntan a un desarrollo sustentable, el turismo comunitario les permite mostrar los diferentes proyectos que realizan para autoabastecerse.

“Tenemos una pequeña fábrica de quesos, de mermeladas, hacemos artesanías y tenemos viveros forestales”, explica Torres sobre los emprendimientos disponibles de los que los turistas pueden formar parte.

También ofrecen tours en la finca comunitaria de 27 hectáreas, la cual fue comprada con dinero donado por organizaciones y por las mismas familias; así como caminatas por el bosque y el campo alrededor de la comunidad. 

“Los llevamos a conocer el mirador llamado El Chochal, que está a casi 3,000 metros a nivel del mar, donde se pueden observar siete volcanes, y también a caminar por los culuncos, que son los caminos precolombinos que aún quedan en la zona”, agrega Torres, quien trabaja bajo la dirección de la presidenta de la Corporación, Magdalena Proaño Vargas, y el vicepresidente, José Antonio Collaguazo. 

Las costumbres y tradiciones de los residentes de Yunguilla se ponen a la vista y alcance de quienes los visitan, ya que las casas del lugar hacen las veces de hoteles, lo que permite compartir directamente con las familias. Allí disfrutan de las comidas preparadas con productos locales. 

“Ya no tenemos casas de bahareque y hormigón, sino que con los logros que hemos tenido los residentes tienen viviendas de madera, teja y ladrillo. También tenemos un par de cabañas privadas para grupos grandes, como el lodge Tahuallullo, o la posibilidad de hacer camping”, agrega la graduada en Turismo.

Para esos grupos grandes y para quienes visitan sólo por un día, Yunguilla tiene también un restaurante con capacidad para 120 personas, con una vista a las montañas que enamora a cualquiera, donde los miembros del colectivo elaboran un menú con productos frescos, “ya que el 95% de la comida del sale de la comunidad, leches, frutos, quesos, etc”.

Y es que en Yunguilla todos aportan, todos trabajan para hacer que el turista se sienta bien atendido y en armonía con la naturaleza que rodea a esa comunidad.

“Un 95% de los jóvenes están estudiando en la universidad, haciendo carreras relacionadas con el turismo. Ya no es como antes, ahora se van y regresan”, asegura Torres.

Para más información, visite: https://www.yunguilla.org.ec/