Aclaremos lo de las drogas

Hay que unificar criterios sobre las drogas alucinógenas

Una imagen del narcotraficante colombiano Dairo Antonio Usuga, también conocido como Otoniel, se muestra en una pantalla mientras el fiscal del Distrito Este de Nueva York, Breon Peace, habla sobre su extradición  el 5 de mayo de 2022.

Una imagen del narcotraficante colombiano Dairo Antonio Usuga, también conocido como Otoniel, se muestra en una pantalla mientras el fiscal del Distrito Este de Nueva York, Breon Peace, habla sobre su extradición el 5 de mayo de 2022. Crédito: Kena Betancur | AFP / Getty Images

¡Qué tal si creamos un cartel mundial que unifique los criterios sobre las drogas alucinógenas!

Aplaudimos la decisión de la justicia neoyorquina para sacar de las calles a delincuentes, asesinos, mafiosos y narcotraficantes como ocurrió este 8 de agosto con la condena a 45 años de prisión, que en la práctica es de por vida, al excomandante del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, quien ya pasa de sus 51 años de existencia.

Los que creíamos que con el fin de Pablo Escobar acabarían los carteles estábamos equivocados y apuesto a que volverá a ocurrir, ya que, con Otoniel, tras las rejas sólo cambiarán de cara los cuadros de los más buscados, pues para su reemplazo en ese grupo anuncian a Jesús Ávila Villadiego, alias “Chiquito Malo”, quien lleva 20 años aprendiendo las mañas de Otoniel.

Ojalá y se confirmen los temores de los socios del cartel sobre posibles acuerdos con la fiscalía para revelar secretos del negocio y seguir capturando a sus secuaces en América Latina y Europa. Aunque la gran tragedia de fondo es que la historia no termina para los casi 300 municipios que controlaba bajo el régimen del terror con masacres, secuestros, desplazamientos y violaciones, porque tendrán que esperar que pague su condena en los Estados Unidos.

Esto mientras famosos como: Carlos Lehder, los hermanos Rodríguez Orejuela y el célebre “Patrón” ya dejaron millones a compañías como “Neflix” por las historias fantásticas de Pablo Escobar.

Entonces es hora que las autoridades y los organismos multilaterales mundiales acuerden cómo acabar con ese mercado de miseria y dolor que convierten a los campesinos en esclavos de los carteles y a nuestros jóvenes en delincuentes o muertos.

Sería diferente sin, en lugar de pagar por años a más de 600 agentes y militares de inteligencia para la pesquisa de Otoniel, por quien ofrecían hasta 5 millones de dólares aquí en los Estados Unidos, hubiera presupuesto para una política mundial

Las drogas, como negocio, se mueven con las leyes del mercado, tal como ocurre en la bolsa de valores de Wall Street: si hay demanda hay oferta y quien venda. Por eso sería mejor tener un cartel de países, incluyendo a los pobres o en vías de desarrollo que son los productores y los consumidores de los Estados Unidos o Europa.

Pues consideramos enfermos a los adictos, abrimos tiendas para que exconvictos vendan marihuana, se lucren del negocio y entregamos gratis drogas para la sobredosis, mientras financiamos guerras contra el narcotráfico.

Entonces si unificamos criterios, despenalizamos el comercio y con impuestos pagados por los compradores financiamos políticas contra el consumo todos estaríamos en el mismo cartel. 

La autora, Sofía Villa, escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision donde trabaja como Writer /Producer. 

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