Enfermera hizo estafa millonaria con vacunas COVID en Nueva York: se declaró culpable de lavado de dinero y perdió su licencia

Una enfermera se declaró culpable de fraude y lavado de dinero al recaudar $1,5 millones de dólares vendiendo tarjetas de vacunas falsas durante la pandemia en Long Island (NY). Dos ex empleadas suyas testificaron en su contra

Marissa Urraro y Julie DeVuono, enfermeras detenidas.

Marissa Urraro y Julie DeVuono, enfermeras detenidas. Crédito: Suffolk County Police Department | Cortesía

Julie DeVuono, enfermera de 51 años, se declaró culpable ayer de fraude y lavado de dinero al recaudar $1,5 millones de dólares vendiendo tarjetas de vacunas falsas durante la pandemia de COVID-19 en Long Island (NY).

Como parte del plan la enfermera lavó $236,980 dólares para pagar la hipoteca de una casa que compartía con su esposo Derin De Vuono un policía NYPD, según el fiscal del distrito.

La enfermera fue arrestada en enero de 2022. Ahora tras declararse culpable se espera que evite la cárcel, pero debe entregar $1,2 millones de dólares en ganancias criminales, realizar 840 horas de servicio comunitario, renunciar a su licencia para ejercer y cerrar su negocio pediátrico, Kids-on-Call.

“Esta acusada utilizó su posición como enfermera practicante para eludir la ley cargando información falsa en bases de datos de todo el estado de Nueva York”, denunció el fiscal de distrito del condado Suffolk, Ray Tierney. “Se aprovechó de los miedos y la desconfianza del público durante el confinamiento de COVID para falsificar tarjetas para la vacuna que nunca administró, sin otro propósito que su propio enriquecimiento”.

La declaración de culpabilidad de DeVuono se produce después de que dos subordinadas coacusadas originalmente -Marissa Urraro, una enfermera práctica autorizada, y la recepcionista Brooke Hogan- llegaran a un acuerdo secreto para testificar contra ella según, New York Post. Los portavoces del fiscal Tierney no quisieron hablar de esos casos, que están sellados.

El centro pediátrico de DeVuono en Amityville recibió envíos gratuitos de 3,174 dosis de vacunas a través de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) federales. Pero los empleados cobraban a los clientes entre $220 y 350 dólares por cada dosis marcada falsamente en una tarjeta de vacunación para adultos y $85 dólares para niños y luego tiraban la vacuna a la basura.

La información falsa fue registrada en el Sistema de información de inmunización del estado Nueva York (NYSIIS). DeVuono “aceptó la responsabilidad de su papel y participación en la administración de tarjetas de vacunación falsas”, resumió su abogado Steven Gaitman.

En diciembre de 2021 la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, decretó que producir o usar una tarjeta falsa de vacunación contra el coronavirus era un delito estatal, además de federal, añadiendo otra opción para enjuiciar a los usuarios y proveedores de esos documentos fraudulentos.

En el otoño ese año varios empleados de NYC fueron acusados ​ de usar tarjetas falsas para eludir el mandato de vacunación municipal del entonces alcalde Bill de Blasio, incluidos dos policías NYPD de alto rango que fueron despojados de sus escudos y armas por ello.

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