Recuperan ARN del extinto tigre de Tasmania por primera vez
¿Recrear especies extinguidas? El ARN extraído de los restos disecados de un tilacino podría aportar nuevos conocimientos sobre la especie declarada extinta hace más de 40 años y ayudar a su resurrección
El tigre de Tasmania, conocido también como tilacino, era un marsupial carnívoro de tamaño similar al de un perro, caracterizado por sus rayas en el lomo.
Esta especie solía habitar en el continente australiano y las islas cercanas, donde desempeñaba un papel crucial como depredador tope en su ecosistema, cazando presas como canguros y otros animales. Trágicamente, debido a la influencia humana, esta especie se ha extinguido.
A pesar de su extinción, los científicos no han dejado de aprender sobre el tigre de Tasmania. En primicia científica, investigadores anunciaron recientemente que lograron extraer ARN, un material genético presente en todas las células vivas que tiene similitudes estructurales con el ADN, de muestras de piel y músculo de un ejemplar disecado de tigre de Tasmania que data de 1891 y se encontraba en un museo en Estocolmo.
En los últimos años, los científicos han logrado extraer ADN de animales y plantas antiguas, incluso de especies que vivieron hace más de dos millones de años. Sin embargo, este estudio marca la primera vez que se recupera ARN, una molécula genética menos estable que el ADN, de una especie extinta.
¿Recrear especies extinguidas?
Aunque la recreación de especies extintas no es el objetivo principal de esta investigación, la capacidad de extraer, secuenciar y analizar ARN antiguo podría impulsar los esfuerzos de otros científicos que trabajan en la recreación de especies extintas. Además, recuperar el ARN de virus antiguos podría ayudar a comprender las causas de pandemias pasadas.
Tanto el ADN (ácido desoxirribonucleico) como el ARN (ácido ribonucleico) son moléculas fundamentales en la biología celular. El ADN es una molécula de doble cadena que contiene el código genético de un organismo y es responsable de la herencia genética.
Por otro lado, el ARN es una molécula de cadena única que transporta la información genética desde el ADN y la utiliza para sintetizar proteínas esenciales y regular el metabolismo celular.
“La secuenciación del ARN permite hacerse una idea de la biología real y de la regulación del metabolismo que tenía lugar en las células y tejidos de los tigres de Tasmania antes de que se extinguieran”, afirma el genetista y bioinformático Emilio Mármol Sánchez, del Centro de Paleogenética y SciLifeLab de Suecia, autor principal del estudio publicado en la revista Genome Research.
“Si queremos entender las especies extinguidas, necesitamos comprender qué complementos genéticos tienen y también qué hacían los genes y cuáles estaban activos”, dijo el genetista y coautor del estudio Marc Friedländer, de la Universidad de Estocolmo y SciLifeLab.
Tigre de Tasmania
El tigre de Tasmania se parecía a un lobo, aparte de las rayas en forma de tigre que tenía en el lomo. La llegada del hombre a Australia hace unos 50,000 años supuso una pérdida masiva de población. La llegada de los colonizadores europeos en el siglo XVIII supuso el fin de las poblaciones que quedaban concentradas en la isla de Tasmania, y más tarde se les impuso una recompensa tras declararlos un peligro para el ganado. El último tigre de Tasmania conocido sucumbió en un zoo de la isla en 1936.
“La historia de la desaparición del tilacino es, en cierto sentido, uno de los episodios de extinción más documentados y probados. Lamentablemente, los tigres de Tasmania se declararon protegidos solo dos meses antes de que muriera en cautividad el último ejemplar conocido, demasiado tarde para salvarlos de la extinción”, dijo Mármol.
Se han puesto en marcha iniciativas privadas de “desextinción” destinadas a resucitar determinadas especies extinguidas, como el tigre de Tasmania, el dodo o el mamut lanudo.
“Aunque seguimos siendo escépticos sobre la posibilidad de recrear realmente una especie extinguida mediante la edición de genes en parientes vivos de animales existentes -y el plazo para llegar a un punto final podría estar subestimado-, abogamos por una mayor investigación sobre la biología de estos animales extintos”, dijo Mármol.
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