Francia investiga el presunto envenenamiento de una periodista rusa tras protestar por la guerra en Ucrania
Fiscales de París abrieron una investigación formal sobre el presunto envenenamiento de la periodista rusa Marina Ovsiannikova
Los fiscales de París han iniciado una investigación sobre el presunto envenenamiento de la periodista rusa Marina Ovsiannikova, quien ganó notoriedad por su protesta al aire contra la guerra de Ucrania.
Este acontecimiento se produce tras su reciente sentencia en rebeldía dictada por un tribunal de Moscú y los esfuerzos internacionales para garantizar su seguridad, según menciona la cadena CBS.
Marina Ovsiannikova informó a las autoridades que se sentía mal al abrir la puerta de su apartamento de París el jueves pasado. Su inquietud se debió al descubrimiento de una misteriosa sustancia en polvo.
En respuesta, se envió a la policía forense para evaluar su residencia. Este hecho ha generado preocupaciones y especulaciones, ya que sus acciones la han convertido en una figura prominente en el conflicto ruso-ucraniano en curso.
La aparición de Marina Ovsiannikova en el conflicto comenzó cuando apareció en la pantalla del canal de televisión ruso Perviy Kanal, blandiendo una pancarta con un mensaje: “Detengan la guerra, no crean en la propaganda, aquí les están mintiendo”.
Este acto la convirtió en una paria en su país de origen, y posteriormente un tribunal de Moscú la condenó in absentia a 8 años y medio de prisión, apenas la semana pasada.
Esfuerzos internacionales para garantizar la seguridad de Ovsiannikova
La experiencia de Marina impulsó a la organización internacional sin fines de lucro Reporteros Sin Fronteras (RSF) a intervenir y ayudarla. Christophe Deloire, secretario general de RSF, confirmó su bienestar en una publicación en las redes sociales y señaló que se encontraba bajo supervisión médica.
Las FAR desempeñaron un papel crucial a la hora de facilitar la fuga de Ovsiannikova de Rusia, garantizando su seguridad y la de su hija de 12 años.
Cabe mencionar que una ley de 2022 en Rusia permite sanciones severas, incluidos hasta 15 años de prisión, para personas que el gobierno considere que han difundido información “falsa” sobre la guerra de Ucrania.
Esto ha provocado el encarcelamiento de destacados críticos del Kremlin, el bloqueo de medios de comunicación independientes y el éxodo de periodistas independientes por temor a ser procesados.
Uno de los disidentes más destacados de Rusia, el líder de la oposición Alexey Navalny, recibió una sentencia adicional de 19 años de prisión por promover el “extremismo”. Navalny había pasado previamente cinco meses en Alemania recuperándose de un incidente de envenenamiento que atribuyó al Kremlin, aunque los funcionarios rusos negaron sistemáticamente cualquier participación.
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