La incómoda posición de Melania
A ella le toca soportar los detalles de Stormy Daniels de encuentros íntimos con Trump
No culpo a Donald Trump por su mala cara durante la audiencia del juicio en el que una actriz porno repetía escenas de cama ante el juez Juan Merchán que lo juzga por el pago de sobornos para evitar que su aventura entre las sábanas saliera a la luz pública.
Tampoco me sorprendería si el poderoso magnate y expresidente estuviera pensando en ese momento lo que le esperaba en casa cuando se viera frente a frente con Melania, pues ese desliz es también el trago amargo para su esposa y ex primera dama de los Estados Unidos.
Aunque las personas cercanas a la campaña dicen que ella es aliada para la estrategia del regreso a la Casa Blanca, no debe ser nada amable una mujer tener que escuchar ese escándalo una y otra vez, con las entrevistas que concedió la testigo a varios medios contando las infidelidades, como lo ocurrió a otras primeras damas que estuvieron en sus zapatos.
No es muy distinto de lo que tuvo que soportar la esposa del entonces gobernador Eliot Laurence Spitzer, quien en 2008 perdió su prestigio y poder en New York por los deslices fuera de las sábanas de la alcoba nupcial, para decirlo menos vergonzoso con pago por sexo.
Suerte similar le tocó a Huma Abedin, ex esposa del senador demócrata por el estado de New York, Anthony Weiner, quien mintió al decir que sus fotos semi desnudo en el gimnasio del capitolio federal en Washington DC eran cosa del pasado para tratar de mantener su matrimonio, pero volvió con las suyas y fue pillado con las imágenes para adultos en las que incluía a su pequeño hijo, lo que provocó la ruptura definitiva de la pareja.
También el sonoro escándalo del expresidente Bill Clinton con la practicante de la Casa Blanca Mónica Lewinsky, quien guardó el traje azul que probaba que el entonces mandatario era travieso en la oficina Oval.
Ahora el turno es para Melania, a ella le toca soportar los detalles de Stormy Daniels sobre quien tocó a quién, cómo perdió su pijama y fue a parar debajo de una cama en su encuentro de habitación con Trump.
Menos mal que al menos un respiro le dio a Trump la juez que aplazó indefinidamente el juicio, que supuestamente debía comenzar el 20 de mayo, por los papeles clasificados en el balneario de Mar-a-Lago, New Jersey.
Estoy seguro que a sus 77 años de edad, para Trump esos detalles tan íntimos con Stephanie Clifford, o Stormy Daniels, previo a las elecciones de 2016 le deben crispar los nervios, pero ¿qué pensará Melania?
Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Writer/Producer.