Columna de Ismael Cala: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?

Al maravillarnos con lugares como el Salto Ángel, no solo se enriquece nuestra vida, sino que también crece nuestro compromiso con la conservación y la sostenibilidad

Salto,Angel-,Venezuela

Crédito: Shutterstock

Aprender a maravillarnos con la naturaleza ofrece una renovación vital para el espíritu y la mente. Este acto de asombro no es solo una experiencia pasajera; es una profunda apreciación de la belleza y la majestuosidad que nos rodea, una belleza que se manifiesta de manera espectacular en lugares como el Salto Ángel en Venezuela.

En este próximo mes de julio, tendré el privilegio de visitar Venezuela por primera vez para presenciar este prodigio natural. El Salto Ángel, conocido por ser la cascada más alta del mundo, es más que un destino turístico; es un emblema de la magia inexplicable de la naturaleza. Imaginar el agua desplomándose desde una altura de casi un kilómetro, en un escenario tan remoto y exuberante, es simplemente asombroso.

Eso que sentimos al experimentar algo por primera vez es invaluable. La primera vez que respiramos un nuevo aire, que nos sumergimos en una cultura y un paisaje desconocidos, revoluciona nuestro ser interior. Estas experiencias son esenciales, pues nos sacan de nuestra zona de confort y amplían nuestro entendimiento del mundo y de nosotros mismos. Nos recuerdan que siempre hay algo nuevo por aprender, por descubrir y por experimentar.

Además, estos momentos de primera vez, especialmente en la naturaleza, nos reconectan con la tierra y nuestra responsabilidad hacia ella. Al maravillarnos con lugares como el Salto Ángel, no solo se enriquece nuestra vida, sino que también crece nuestro compromiso con la conservación y la sostenibilidad. Nos volvemos más conscientes de la importancia de proteger estos santuarios naturales no solo para nosotros, sino para las futuras generaciones.

Por lo tanto, alentarnos a nosotros mismos y a otros a buscar el asombro en la naturaleza y a valorar nuestras “primeras veces” es esencial. Estas experiencias alimentan nuestra curiosidad y pasión por la vida. Nos impulsan a seguir explorando, aprendiendo y, sobre todo, apreciando la vasta belleza y diversidad de nuestro planeta.

Así que, mientras me preparo para este viaje transformador a Venezuela, invito a todos a buscar su propia aventura, a abrirse a la maravilla de la naturaleza y a abrazar cada nueva experiencia como una oportunidad para crecer y conectarse profundamente con el mundo que nos rodea. 

Si te gustaría acompañarme y maravillarnos juntos, haz clic aquí: https://www2.ismaelcala.com/canaima 

¡Nos vemos en Canaima!

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Ismael Cala
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