Apagar el aire acondicionado o dejarlo encendido todo el día: ¿Qué consume más energía?
Ahora que estamos en plena ola de calor, es vital un funcionamiento óptimo del aire acondicionado
Cuando el calor del verano aprieta, el uso del aire acondicionado se convierte en una necesidad. Sin embargo, una pregunta común entre los usuarios es si es más eficiente dejar el aire acondicionado encendido todo el día o apagarlo y encenderlo según se necesite. ¿Qué consume más energía?
El principal argumento a favor de dejar el aire acondicionado encendido continuamente radica en la estabilidad de la temperatura. Cuando se apaga el aire acondicionado, la temperatura del recinto sube rápidamente. Al volver a encenderlo, el aparato necesita funcionar a su máxima potencia para alcanzar la temperatura deseada, lo que resulta en un consumo energético significativo. En cambio, mantenerlo encendido permite que el aire acondicionado trabaje a una capacidad menor, lo que a la larga puede ser más eficiente.
Encender y apagar el aire acondicionado en múltiples ocasiones al día hace que el sistema tenga que realizar un esfuerzo mayor cada vez que se prende. Este esfuerzo adicional se traduce en un aumento del consumo de energía. La explicación es sencilla: el aire acondicionado debe enfriar de nuevo todo el espacio, partiendo desde una temperatura más alta, lo que requiere más energía que mantener una temperatura constante.
El valor de la temperatura programada también juega un papel crucial en el consumo energético. Por cada grado que se baja la temperatura en el termostato, el consumo de energía aumenta aproximadamente un 8%. Por lo tanto, es recomendable no ajustar el aire acondicionado a temperaturas excesivamente bajas. Un ajuste progresivo y moderado de la temperatura contribuye significativamente al ahorro energético.
De igual modo, invertir en un aire acondicionado con alta eficiencia energética es una decisión inteligente a largo plazo. Los aparatos con clasificación energética A o superior consumen hasta un 60% menos de energía en comparación con aquellos de menor eficiencia. Este aspecto es fundamental no solo para el ahorro en la factura mensual, sino también para reducir el impacto ambiental.
Por último, la correcta instalación y el mantenimiento regular del aire acondicionado son factores que influyen directamente en su eficiencia. Se recomienda instalar el aire acondicionado en un lugar con buena circulación de aire, como encima de una ventana, y evitar la exposición directa al sol para la unidad externa. Además, es esencial limpiar los filtros al menos cada dos años. Unos filtros limpios mejoran el rendimiento del equipo y prolongan su vida útil.
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