Darwin Núñez a la lista: Un recuento por las peleas más escandalosas entre hinchas y deportistas

La reciente trifulca entre jugadores de la selección uruguaya y aficionados colombianos en las gradas tras la semifinal de la Copa América 2024 ha reavivado el debate sobre la violencia en el deporte. Este tipo de episodios, lamentables y condenables, no son nuevos, y a lo largo de la historia se han producido numerosos ejemplos en diferentes disciplinas.

El caso de los jugadores uruguayos recuerda a otros episodios similares protagonizados por figuras emblemáticas del deporte. El francés Eric Cantona, el brasileño Neymar, o jugadores de baloncesto y fútbol americano como Ron Artest, Jermaine O’Neal y Terry O’Reilly.

En 1995, Cantona protagonizó una de las agresiones más recordadas en la historia del fútbol. Tras ser expulsado durante un partido entre el Manchester United y el Crystal Palace, el jugador francés dio una patada de kung fu a un aficionado que le estaba insultando. La agresión le costó a Cantona una suspensión de 9 meses y una multa de 20.000 libras esterlinas.

Más recientemente, en 2019, Neymar protagonizó un incidente similar tras perder la final de la Copa de Francia con el PSG. El jugador brasileño agredió a un aficionado que le insultaba mientras le grababa con un móvil, lo que le valió una sanción de tres partidos.

En el ámbito del baloncesto, el infame “Malice at the Palace” de 2004 representa uno de los episodios más violentos de la historia del deporte. En el desenlace de un partido entre los Detroit Pistons y los Indiana Pacers, una pelea multitudinaria estalló en las gradas, con jugadores de ambos equipos y aficionados involucrados. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y la NBA impuso duras sanciones a los participantes, con un total de 143 partidos de suspensión y Metta Sandiford-Artest (antes Ron Artest) como principal culpable con 73 encuentros de castigo.

En el hockey de la NHL también se recuerda la pelea entre jugadores de los Boston Bruins y aficionados de los New York Rangers en 1979. El incidente, con Terry O’Reilly a la cabeza de los Bruins, terminó con varios jugadores suspendidos y puso de manifiesto la violencia que a veces se asocia a este deporte.

Estos ejemplos, desafortunadamente, no son los únicos. La violencia en el deporte, en sus diferentes formas, sigue siendo un problema que preocupa a las autoridades y aficionados. Es necesario trabajar para erradicar este tipo de comportamientos y promover el respeto y la deportividad en todos los ámbitos deportivos.

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