“Los niños deben aburrirse porque el aburrimiento genera creación”
Para muchos padres, las pantallas se han convertido en una suerte de comodín de la crianza
En un mundo donde sobran los estímulos y las pantallas están al alcance de todos para no pasar un minuto sin consumir contenido, aburrirse suena a extravagancia.
Para muchos padres, las pantallas se han convertido en una suerte de comodín de la crianza: cuando los niños están muy alterados o no quieren lidiar con su aburrimiento, es fácil recurrir a los dispositivos electrónicos.
No vengo a decir si esta práctica es buena o mala. Soy realista, este es el mundo en el que nos toca vivir y criar a nuestros hijos. No me gusta demonizar la tecnología porque, seamos honestos, la tecnología tiene muchas cosas buenas.
Varios estudios han demostrado que, si los niños consumen un contenido educativo de calidad y con ciertos límites, el uso de dispositivos electrónicos puede beneficiar su desarrollo cognitivo. El exceso, como en todo, es perjudicial, especialmente para la memoria y la concentración de los niños, así como también para su desarrollo físico.
Cada vez más vemos adultos y niños emocionalmente dependientes de sus dispositivos electrónicos, lo cual genera ansiedad, afecta el sueño y, lo más importante, los priva de desarrollar habilidades sociales que florecen en la interacción del juego, la escuela, el barrio.
Recordemos algo básico en la crianza: los niños quieren lo que tienen los papás… si los papás usan pantallas, los niños quieren pantallas también. ¿Cómo podemos decirles a nuestros hijos que no usen dispositivos si los adultos vivimos pegados a nuestros teléfonos?
Aburrirse para crear
Cuando los padres me preguntan cuánto tiempo es recomendable que sus hijos pasen frente a las pantallas le digo que no lo sé, que mi respuesta puede ser arbitraria.
Lo que sí sé después de 40 años de práctica como pediatra es que el uso excesivo de pantallas podría traer consigo una serie de consecuencias que afectan tanto el bienestar físico como emocional de los niños.
Mi consejo general es establecer límites de descanso. Los niños deben descansar, jugar y aburrirse, porque cuando se aburren ocurre la magia de la creatividad.
De acuerdo con la dinámica de cada familia, recomiendo que se establezcan rutinas que tengan en cuenta el descanso, la actividad física e interacción social y el uso de pantallas. Para establecer rutinas se puede empezar con 3 consideraciones básicas que cada familia puede adaptar en la creación de su rutina familiar:
- Comidas sin pantallas: las comidas son probablemente de los pocos momentos que los padres e hijos tienen el día para estar juntos y compartir. Aprovechen para interactuar y disfrutar de los alimentos.
- Acompañamiento digital: saber qué contenido consumen los niños y fomentar el uso de aplicaciones educativas, programas que fomenten la creatividad y juegos que puedan disfrutarse en familia. Los padres pueden acercarse al mundo digital de los niños jugando o interactuando con sus hijos o aprender juntos en un dispositivo electrónico.
- Toque de queda digital: establecer un límite horario para usar las pantallas. Mi recomendación es por lo menos una hora antes de irse a dormir y por supuesto retirar los dispositivos de las habitaciones de los niños. Es necesario permitir que el cerebro se prepare para el descanso, y esto se lo aconsejo a la familia completa.
Ser un buen padre no significa prohibir las pantallas, sino establecer límites que enseñen a a utilizarlas de manera consciente. Y no tengamos miedo al aburrimiento, les aseguro que es bueno.
Sobre el autor:
Eduardo Marcos Faganello (Doctor Faga) es un médico pediatra que ejerce su profesión hace más de cuarenta años. Este 10 de septiembre de 2024 se estrena su serie documental “Dr. Faga” donde nos lleva como espectadores a su práctica pediátrica. La serie se transmite todos los martes y jueves a las 10:00 am, como parte de la programación educativa y cultural para toda la familia de HITN-TV.