Parteras de El Bronx exigen mejores condiciones laborales
La falta de personal en la salud se traduce en sobrecarga laboral
Ya es común para Kinikia Reid regresar a casa “agotada y frustrada”.
Ella es partera en el Jacobi Medical Center y entre sus obligaciones de atender partos normales y ayudar con las cesáreas, en pequeños periodos de 20 minutos debe “revisar los registros, evaluar a pacientes y recién nacidos, escribir mis notas, consultar con proveedores de mayor riesgo o con el trabajador social cuando sea necesario, responder preguntas de las pacientes y, con suerte, dentro de todo eso aún debería de conectarme con ellas a un nivel humano”.
El enfado de Kanikia parte del hecho de que, pese a todos sus esfuerzos, cada noche siente que no cumplió con todos sus pendientes. Una trabajadora como ella ya sea del Jacobi o del North Central Bronx Hospital trabaja todos los días al 127 por ciento de lo que le corresponde debido a un motivo: La falta de personal.
La carencia de empleados en hospitales de maternidad, se considera como el gran impulsor de que Estados Unidos tenga cifras de mortalidad materna similares a Irán, Líbano y Malasia. Y que incluso otros países que se consideran subdesarrollados como Egipto, Ucrania, Arabia Saudita y la Franja de Gaza (antes de la reciente escalada en la guerra con Israel), tengan un mejor desempeño en ese rubro.
La tasa de mortalidad materna (TMM) se define como el número de muertes maternas previo o después del parto en un período de tiempo determinado por cada 100 mil nacidos vivos.
Reid es miembro del Comité de Negociación de New York State Nurses Association (NYSNA) y en su rutina diaria, tiene la misión de atender a 18 pacientes diarios, aunque en realidad sólo le dé tiempo suficiente para ver, si acaso, a 14. “¿Cómo puedo ser la mejor partera y brindar la mejor atención a nuestra comunidad, cuando todos los días me piden que haga lo imposible?”, lamenta.
Su gremio aborda a diario una variedad de problemas de salud que no están contemplados en su labor. “Existe inequidad pues nuestros pacientes son los más afectados por la negligencia de la ciudad y de la industria médica”.
Pese a que la cifra de TMM va a la baja a nivel mundial desde la pandemia del COVID, Estados Unidos sigue teniendo la tasa más alta de muertes maternas de cualquier nación de altos ingresos. A la par de eso, la Unión Americana tiene hoy en día una de las cifras más bajas de parteras activas en comparación con países desarrollados.
Y aunque la tasa de mortalidad materna en el estado de Nueva York es inferior a la media nacional, la TMM entre mujeres afroamericanas es mucho más alta con 54,7 muertes por cada 100 mil nacidos, cifras similares a países como Samoa, Kirguistán y Panamá. Con el agravante de que casi el 80 por ciento de estas muertes probablemente se pudieran haber prevenido.
Christopher Miller, vocero del NYC Health + Hospitals que tiene bajo su administración a todos los hospitales de la ciudad, incluidos los antes mencionados, respondió a El Diario de Nueva York que las parteras están negociando con Physician Affiliate Group of New York, PAGNY, no con NYCHH.
Desde hace 15 años PAGNY provee a los hospitales de la ciudad de Nueva York de médicos y profesionales de la salud. En un instante en la página del PAGNY se halla la solicitud de parteras para el Jacobi.
“Las parteras de NYC Health + Hospitals/Jacobi son una parte importante del equipo de salud de la mujer en el hospital y están en conversaciones con nuestra afiliada PAGNY, para lograr un nuevo contrato. El objetivo es llegar a un acuerdo que sea justo para las parteras afiliadas a PAGNY y NYC Health + Hospitals/Jacobi”, aclara Miller.
“En esta región somos las parteras peor pagadas y, como sabemos, este es un oficio exigente, que maneja un rigor intelectual y emocionalmente desafiante que nos mantiene siempre al límite”, explica. Entre las autoridades del hospital pareciera que dan por hecho que es obligación de las parteras absorber la atención y el trabajo adicional de aceptar más pacientes, sin que nadie resuelve la falta de personal o las altas tasas de rotación. “Existe la creencia de que, como nos preocupamos, entonces no nos quejaremos”, insiste Reid.
Candentes reclamos
Parteras de los hospitales Jacobi y el North Central Bronx, miembros de la comunidad y funcionarios electos se reunieron afuera del Jacobi en apoyo a la lucha por mejores condiciones laborales del gremio y para exigir una mejor respuesta a la salud de las familias de El Bronx.
En medio de esta crisis de mortalidad materna e infantil, las parteras piden específicamente un contrato sindical justo que priorice la contratación y retención de suficientes parteras calificadas. Exigen, además, paridad salarial con los hospitales vecinos lo cual atraería a suficientes cuidadores cualificados, así como un plan para retener a las parteras actuales que deben recibir un apoyo sustentable para aliviar la sobrecarga de trabajo del personal.
La concejal Pierina Sánchez quien, por cierto, está en sus últimas semanas de embarazo, exclamó que “mientras espero la llegada de mi segundo hijo, no hay día en que no me preocupe por la crisis de salud materna en la ciudad de Nueva York”. Argumenta que “debemos dar a los profesionales médicos, que están a nuestro lado durante nuestros momentos más hermosos y vulnerables, más personal, condiciones de trabajo seguras y salarios competitivos”.
La presidenta de NYSNA, Nancy Hagans, sentenció que “el sistema de salud pública de nuestra ciudad promete cuidar a todos los neoyorquinos” pero la realidad es que “no está invirtiendo adecuadamente en la atención materna y del parto esencial que brindan las parteras”. Considera que hospitales y centros de atención médica deben hacer todo lo posible para mantener a parteras experimentadas al lado de la cama y eso se lograría con un contrato sindical justo “que sería una inversión segura en atención médica materna para la comunidad del Bronx”.
Valerie Nelson, quien igualmente labora como partera en el Jacobi, recordó que además de todos los problemas que ya se mencionaron y que envuelven los embarazos de sus pacientes “estamos abordando la falta de vivienda estable, el estatus migratorio precario, los problemas de salud mental y las enfermedades crónicas”. Ella se indigna al recordar que deben lidiar con todo eso en horarios
sobrecargados de rotaciones continuas y pocos descansos.
“No tenemos tiempo suficiente para abordar tantos problemas y a veces nos obligan a saltarnos el almuerzo o trabajar después del horario laboral para hacer el trabajo. Nuestros pacientes merecen algo mejor, pero nosotras también”, dijo.
Cifras que explican una tragedia
Entre los países desarrollados, Estados Unidos tiene la oferta general más baja de parteras con 4 y obstetras-ginecólogos con 12 por cada mil nacidos vivos. Casi 7 millones de mujeres en los USA viven en condados donde no hay hospitales o centros de maternidad que ofrecen atención obstétrica ni proveedores de dichos servicios. Se espera que, con la llegada del nuevo gobierno de Donald Trump, la escasez solo empeore en los próximos años.
Un estudio realizado por The Commonwealth Fund halló que las desigualdades persistentes en la atención médica son una de las principales razones por las que las mujeres afroamericanas en los Estados Unidos son, con mucha diferencia, las que tienen más probabilidades de morir durante el embarazo, el parto o el posparto.
En general, en todos los países europeos la tasa de mortalidad materna se halla controlada. En Suecia hay 2.6 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. Gran Bretaña tiene 5.5, Canadá, 8.9 y Chile 14.3.
Pero en 2022 en Estados Unidos la TMM fue de 22, muy superior a la de otros países de altos ingresos. Pero incluso al interior de Estados Unidos las diferencias raciales son dignas de mencionar. Por ejemplo, las TMM entre asiáticos-americanas es de 13.2, entre hispano-americanas de 16.9 y en mujeres blancas de 19.
Por eso es motivo de indignación para muchos la cifra de 54 muertes por cada 100 mil nacimientos entre las mujeres negras.
El mismo estudio revela que, en comparación con las mujeres de los otros países estudiados, las mujeres estadounidenses son las que tienen menos probabilidades de recibir apoyos como visitas domiciliarias y licencias remuneradas garantizadas durante este período crítico.
En otra parte del mismo estudio de The Commonwealth Fund, encuentra que los países con bajos niveles de TMM mantiene a su vez altas cifras de parteras activas.
Por ejemplo, Chile tiene 80 parteras por cada mil partos, Suecia 69, Noruega 54, Alemania 31, Francia 32 y Holanda 25.
Estados Unidos sólo tiene 4 parteras por cada mil partos.
Por lo tanto, no es gratuito que el estudio concluya que una considerable fuerza laboral de parteras, integrada en la prestación de servicios de salud, podría proporcionar el 80 por ciento de la atención materna esencial y, potencialmente, evitar el 41 por ciento de las muertes maternas.
Se ha encontrado que al dar prioridad a los procesos naturales de reproducción y al desarrollo de relaciones, las parteras también pueden ayudar a abordar las necesidades sociales de la madre, el bebé y las familias que atienden.
Con las cifras que ofrece el estudio se ha demostrado que los modelos de atención que sostienen un alto número de parteras y uno moderado de obstetras-ginecólogos suelen funcionar mejor.
La disparidad racial en hospitales de Estados Unidos es un hecho que se refleja en los números y, en algunos casos, la mala calidad en la atención médica que reciben las mujeres afroamericanas en comparación con las de raza blanca.
Por eso a la manifestación realizada el pasado martes para exigir cambios en las mejoras laborales, también asistieron para dar apoyo la presidenta del distrito de El Bronx, Vanessa Gibson, la senadora estatal Nathalia Fernández y los asambleístas John Zaccaro y Michael Benedetto.
DATOS
- -Más del 50 por ciento de las parteras son bilingües en El Bronx.
- -7% de las parteras son afroamericanas a nivel nacional.
- -35% de las parteras son afroamericanas en El Bronx.
- -4 parteras por cada mil partos tiene EEUU.