¿Cuál es el orden correcto para lavarse en la ducha? Consejos de expertos
El orden correcto al bañarse mejora la higiene y el cuidado de la piel. Descubre el método ideal y si es bueno ducharse a diario
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Utilizamos varios productos durante la ducha que pueden dañar tu piel. Crédito: Shutterstock
El baño diario es un hábito fundamental en la higiene personal, pero el orden en el que se limpia cada parte del cuerpo puede influir en la efectividad del aseo y la salud de la piel.
Aunque cada persona tiene sus propias costumbres, dermatólogos han identificado un método que optimiza la limpieza y minimiza riesgos cutáneos.
¿Qué parte del cuerpo se debe lavar primero cuando nos bañamos?
El dermatólogo Sergio Alique García, de AIP Clinic, recomienda iniciar la ducha desde la parte superior del cuerpo, comenzando por el cabello. Según el especialista, lo ideal es aplicar primero el champú y dejarlo actuar unos minutos antes de enjuagarlo. Si se utiliza acondicionador, debe aplicarse inmediatamente después del champú y dejarlo actuar mientras se limpia el resto del cuerpo.
Mientras el acondicionador está en el cabello, se puede aprovechar el tiempo para lavar el resto del cuerpo con jabón. El método recomendado es seguir un orden descendente: empezar por el cuello, luego los hombros y brazos, continuar con el torso y finalizar con las piernas y los pies. Este orden garantiza que los residuos de champú y acondicionador no se acumulen en la piel, evitando posibles irritaciones o brotes de acné.
Zonas del cuerpo que no se deben descuidar durante la ducha
Algunas áreas suelen recibir menos atención durante la ducha, a pesar de ser propensas a la acumulación de microorganismos. Los dermatólogos advierten que los tobillos y los pies requieren un aseo minucioso para prevenir infecciones y malos olores. También es importante limpiar bien las axilas, el ombligo y la zona detrás de las orejas, ya que estas zonas pueden acumular bacterias y generar mal olor.
El especialista también advierte que ciertos ingredientes presentes en los champús y acondicionadores pueden afectar la piel. Por ejemplo, los sulfatos y siliconas pueden dejar residuos en la espalda o el escote, obstruyendo los poros y causando brotes. Para evitar este problema, recomienda enjuagar bien el cuerpo después de usar estos productos, asegurándose de que no queden restos que puedan generar reacciones adversas.
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¿Es bueno bañarse todos los días?
La frecuencia de la ducha ha sido un tema de debate entre especialistas en dermatología. Mientras algunas personas consideran indispensable bañarse diariamente, estudios recientes sugieren que hacerlo en exceso puede dañar la piel.
Investigaciones de la Universidad de Harvard advierten que ducharse todos los días, especialmente con agua caliente y jabones fuertes, puede eliminar los aceites naturales de la piel, provocando sequedad, irritación y una mayor susceptibilidad a infecciones cutáneas. Según el estudio, la piel normal y sana mantiene una capa de grasa que protege las células y conserva un equilibrio de bacterias beneficiosas.
Cuando se elimina esta capa protectora con duchas demasiado frecuentes, la piel pierde su capacidad de retener la humedad y se vuelve más propensa a la resequedad. Además, el uso excesivo de jabones antibacterianos puede alterar el microbioma cutáneo, debilitando la defensa natural de la piel.
Los dermatólogos recomiendan encontrar un equilibrio en la frecuencia de la ducha y los productos utilizados. Para personas con piel seca o sensible, ducharse a diario con agua tibia y jabones suaves puede ser una mejor opción que el uso de jabones fuertes y agua caliente. En cambio, aquellas con piel grasa pueden beneficiarse de una limpieza diaria más profunda.
Si se realiza ejercicio o se está expuesto a suciedad o sudor excesivo, es recomendable bañarse para evitar la proliferación de bacterias. Sin embargo, en días de poca actividad, una ducha corta sin jabón en todo el cuerpo puede ser suficiente para mantener la higiene sin afectar la barrera cutánea.
Consejos finales para un baño saludable
1) Usa agua tibia: El agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel y provocar sequedad.
2) Aplica el jabón solo en las áreas necesarias: Axilas, pies, zona íntima y zonas propensas a la acumulación de suciedad.
3) Evita frotar demasiado la piel: Usar esponjas o exfoliantes con demasiada fuerza puede irritar la piel.
4) Hidrata la piel después del baño: Aplicar crema hidratante ayuda a restaurar la barrera cutánea.
5) Seca la piel con suavidad: En lugar de frotar con la toalla, es mejor dar toques suaves para evitar irritaciones.
Siguiendo estas recomendaciones, se puede mantener una higiene efectiva sin comprometer la salud de la piel. La clave está en encontrar un equilibrio entre la limpieza y el cuidado de la barrera cutánea.
¡Recuerda que la ducha no solo es un momento de higiene, sino también de bienestar y relajación!
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