Olor a cloro en piscinas: la alerta que debes conocer y no pasar por alto
El característico olor a cloro en piscinas públicas podría advertirte de un riesgo para la salud. Descubre cómo protegerte

Aunque el olor a cloro en una piscina pareciera ser sinónimo de limpieza, en realidad no lo es. Crédito: Shutterstock
Con la llegada del calor, muchas personas buscan refrescarse en parques acuáticos y piscinas públicas. Sin embargo, un detalle aparentemente inofensivo podría representar una señal de alerta para tu salud: el característico olor a cloro en el agua.
Aunque comúnmente se cree que este olor es sinónimo de limpieza, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) advierten lo contrario. Ese aroma intenso en realidad puede ser una advertencia de que la piscina está sucia y representa riesgos para tu piel, ojos y sistema respiratorio.
¿Por qué huele tanto a cloro una piscina?
El cloro es un químico esencial para mantener el agua libre de gérmenes, pero no debería tener un olor fuerte. De hecho, el cloro puro casi no huele. Lo que en realidad estás percibiendo cuando te acercas a una piscina con aroma penetrante es la presencia de cloraminas, sustancias químicas que se forman cuando el cloro reacciona con compuestos orgánicos presentes en el agua.
Estos compuestos orgánicos provienen de cosas como:
* Orina
* Heces fecales
* Sudor
* Células muertas de la piel
* Desodorante, maquillaje y productos para el cabello
* Tierra y polvo

Cuando el cloro se mezcla con estos residuos, se forman las cloraminas, que se convierten en gases al contacto con el aire. Estas moléculas no solo son las responsables del olor irritante, sino que también reducen la efectividad del cloro para eliminar bacterias y virus en el agua.
El problema se agrava en piscinas techadas o con poca ventilación. Al no haber circulación de aire, las cloraminas gaseosas se concentran y pueden provocar molestias más intensas, como ardor en los ojos o irritación al respirar.
¿Qué daños puede causar el cloro combinado con contaminantes?
La exposición prolongada a estas sustancias puede afectar a personas de todas las edades, pero especialmente a niños, adultos mayores y quienes padecen asma o alergias.
Los CDC señalan que los efectos más comunes de las cloraminas en la salud son:
* Irritación en los ojos
* Picazón o enrojecimiento de la piel
* Dificultad para respirar o tos
* Crisis asmáticas
* Sarpullido y dermatitis
* Molestias en nariz y garganta
Además, el exceso de cloro en el ambiente puede deshidratar la piel y causar sensibilidad, sobre todo si se trata de agua mal tratada o contaminada.
Cómo evitar riesgos al usar piscinas públicas
Evitar completamente las piscinas no es necesario, pero sí es importante tomar precauciones. Las autoridades de salud recomiendan tanto a nadadores como a responsables de albercas seguir una serie de medidas preventivas para reducir los riesgos.

Recomendaciones antes de nadar:
1) Dúchate antes de entrar al agua, usando jabón para remover residuos en la piel.
2) Ve al baño antes de nadar: orinar en el agua crea cloraminas.
3) No ingreses si tienes diarrea o infecciones en la piel.
4) Asegúrate de que los niños pequeños usen pañales especiales para agua.
5) Cambia los pañales lejos del borde de la piscina, para evitar contaminación directa.
Recomendaciones durante el uso:
1) Toma descansos cada hora para ir al baño y evitar accidentes en el agua.
2) Evita tragar agua de la alberca.
3) Usa goggles y gorra para nadar para proteger ojos, cabello y cuero cabelludo.
4) Mantente hidratado para prevenir la resequedad de la piel.
Después de nadar:
1) Enjuágate con agua limpia para eliminar residuos químicos del cuerpo.
2) Aplica crema hidratante para proteger la barrera cutánea.
Si notas molestias persistentes, acude al médico.
¿Cómo identificar una piscina potencialmente peligrosa?
Además del olor a cloro, existen otros signos que podrían alertarte sobre el mal estado del agua o de las instalaciones.
Revisa lo siguiente antes de meterte al agua:
* El agua debe ser cristalina. Si está turbia o sucia, evítala.
* No debe haber residuos flotantes ni moho en los bordes.
* Verifica que haya carteles con normas de higiene visibles.
* Pregunta si el personal revisa regularmente los niveles de cloro y pH.
* Observa si los empleados limpian con frecuencia los baños y vestidores.
Si al poco tiempo de estar en el lugar comienzas a toser o a sentir ardor en los ojos, sal de inmediato.
Las piscinas públicas son una excelente opción para combatir el calor y disfrutar en familia, pero también pueden ser un foco de enfermedades si no se siguen las normas básicas de higiene.
Recuerda: el olor fuerte a cloro no es señal de limpieza, sino de que el agua está reaccionando con sustancias indeseables. Informarte y actuar con responsabilidad es la mejor forma de prevenir problemas de salud durante estas vacaciones.
Toma precauciones y ayuda a mantener las piscinas limpias y seguras para todos. Tu cuerpo y tu salud lo agradecerán.
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