Cómo funciona la exención de impuestos en propinas y horas extra
Una nueva ley permitirá deducir propinas y horas extra en la declaración de impuestos, pero el beneficio será mayor para quienes tienen ingresos medios o altos

Un trabajador de restaurante con salario base de $40,000 y $20,000 en propinas podría deducir la totalidad de sus propinas. Crédito: OlegD | Shutterstock
Una nueva reforma fiscal impulsada por el expresidente Donald Trump promete aliviar la carga de impuestos a trabajadores que dependen de las propinas y las horas extra. Aunque suena como un beneficio universal, en realidad su impacto varía según los ingresos de cada persona.
Con la entrada en vigor de esta medida, quienes presenten su declaración de impuestos federal para 2025 podrán deducir hasta $25,000 en propinas reportadas y hasta $12,500 en ingresos por horas extra.
Sin embargo, este beneficio no se verá reflejado de inmediato en el salario, ya que los impuestos seguirán descontándose en cada pago.
La reducción se aplicará al momento de declarar impuestos en 2026, reduciendo la deuda tributaria o aumentando el reembolso.
Esta deducción, que es temporal y está programada para expirar en 2028 salvo que el Congreso la extienda, favorece principalmente a los trabajadores con ingresos medios y altos.
Esto se debe a que el sistema fiscal estadounidense es progresivo: cuanto mayor es el ingreso, mayor es la carga fiscal, y por ende, mayores los beneficios de las deducciones.
Por ejemplo, un trabajador de restaurante con salario base de $40,000 y $20,000 en propinas podría deducir la totalidad de sus propinas, y si también recibe $10,000 por horas extra, casi agotaría el beneficio completo.
Con una tasa impositiva del 22%, esto podría traducirse en hasta $7,700 de ahorro en impuestos federales.
En sectores como la salud, donde las horas extra son frecuentes, una enfermera con salario de $80,000 y $15,000 adicionales por tiempo extra también podría aprovechar la deducción, generando ahorros considerables.
Lo mismo ocurre con trabajadores sindicalizados como electricistas, quienes podrían deducir sumas significativas si alcanzan el tope permitido.
Sin embargo, quienes tienen ingresos bajos o mínimos no obtendrán un gran impacto. Una mesera que gana $15,000 al año más $10,000 en propinas probablemente ya tiene pocos impuestos federales que pagar, por lo que la deducción no modificaría mucho su situación. Lo mismo ocurre con estudiantes que trabajan esporádicamente, cuyos ingresos no son suficientes para que la exención represente una diferencia notable.
Es importante subrayar que esta deducción no aplica sobre los impuestos estatales, y que los empleadores seguirán reteniendo impuestos federales durante todo 2025. Los beneficios solo se verán reflejados al presentar la declaración del próximo año.
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