Los días de la semana en los que no te conviene transferir dinero
Transferir dinero en el día equivocado puede costarte caro: retrasos, intereses y un golpe a tu historial financiero

Lo mejor es que programes transferencias entre lunes y miércoles. Crédito: LALAKA | Shutterstock
Organizar las finanzas personales no solo implica cuidar cuánto gastas o cuánto ahorras, sino también cuándo realizas ciertos movimientos.
Al igual que con las tarjetas de crédito, donde un pago tardío puede desencadenar una cadena de problemas, la elección del día para transferir dinero o pagar deudas puede impactar directamente en tus costos y en tu historial financiero.
Consecuencias de elegir mal el día
Cuando un pago no se registra a tiempo, las consecuencias empiezan de inmediato.
En el caso de tarjetas de crédito, por ejemplo, un retraso de 30 días puede significar cargos moratorios, incremento en la tasa de interés y una caída en tu puntaje crediticio de hasta 100 puntos.
Algo similar ocurre si programas transferencias justo antes de fines de semana o días festivos: los bancos pueden tardar en procesarlas, dejando el movimiento como pendiente hasta días después.
Cómo se complica con el paso de los días
Si la demora se extiende por varias semanas, el problema escala rápidamente.
Los pagos atrasados pueden acumularse, los intereses crecer y la deuda hacerse más difícil de manejar.
En casos extremos, después de 120 días, las instituciones financieras pueden declarar la deuda incobrable y enviarla a despachos de cobranza.
Lo mismo puede suceder si una transferencia crítica no llega a tiempo y afecta pagos esenciales como renta, servicios o seguros.
Efectos a largo plazo
Un historial de retrasos financieros no solo afecta tu acceso al crédito, también puede complicar la búsqueda de empleo en puestos que requieren manejo de dinero o dificultar la renta de una vivienda, pues muchos arrendadores revisan tu historial.
Además, ciertos servicios como seguros y hasta conexiones de luz o gas pueden pedir depósitos más altos.
Alternativas más seguras
En lugar de arriesgarte a pagar un precio alto por transferir dinero en el día equivocado, existen estrategias sencillas:
-Programar transferencias entre lunes y miércoles, evitando fines de semana y festivos.
-Activar pagos automáticos para no depender de recordatorios de último minuto.
-Mantener un fondo de emergencia que cubra retrasos inesperados.
-Contactar al banco en caso de problemas para acceder a programas de apoyo antes de incumplir.
La clave está en la anticipación. Igual que ocurre con las deudas de tarjeta de crédito, no se trata solo de cuánto pagas, sino de cuándo lo haces.
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