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Crisis en el sistema de salud de EE.UU.: más de la mitad del personal sanitario planea dejar su empleo

Un estudio advierte que más de la mitad del personal sanitario planea dejar su empleo, lo que amenaza acceso y calidad de la atención

Doctores

La mayoría del personal médico de EE.UU. se siente sobrecargado y poco motivado. Crédito: Shutterstock

Estados Unidos podría enfrentar una crisis sin precedentes en su sistema de salud. Un nuevo estudio reveló que más de la mitad de los trabajadores sanitarios está considerando dejar su empleo en los próximos 12 meses, lo que pondría en riesgo el acceso y la calidad de la atención para millones de pacientes en todo el país.

El sondeo, realizado por The Harris Poll para Strategic Education entre el 26 de junio y el 21 de julio de 2025, encuestó a 1,504 empleados de primera línea y 304 empleadores. Los resultados mostraron que el 55% de los trabajadores planea buscar nuevas oportunidades laborales en el próximo año, y que un 44% de este grupo está dispuesto a dejar su organización actual.

La situación se suma a un panorama preocupante: según la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, por sus siglas en inglés), para 2037 el país enfrentará un déficit de casi 700,000 médicos, enfermeros registrados y técnicos, lo que agudizará las dificultades de cobertura en un sistema ya sobrecargado.

Las razones detrás del descontento

El informe identificó varias causas centrales que impulsan la insatisfacción del personal sanitario: falta de compensación adecuada, agotamiento emocional, ausencia de oportunidades de progreso y pocas opciones de educación continua.

El malestar se refleja en cifras claras. 8 de cada 10 trabajadores entrevistados dijeron sentirse “dados por sentados”, mientras que el 42% afirmó no sentirse valorado por su jefe directo ni por la administración. Incluso, 4 de cada 10 consideraron que la sociedad valora más su labor que sus propios empleadores.

La doctora Lotte Dyrbye, profesora de medicina en la Universidad de Colorado, subrayó que “cerca del 45% de los médicos en Estados Unidos presenta al menos un síntoma de burnout. Están estresados, sobrecargados y buscan un cambio. Esto es un llamado a la acción para mejorar el entorno laboral y apoyar a la fuerza de trabajo”.

La pandemia vino a agudizar la sobrecarga que el personal de salud tiene en su día a día. (Foto: Shutterstock)

Educación y reconocimiento: factores clave

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la importancia de la educación continua. 3 de cada 4 trabajadores de la salud manifestaron interés en proseguir su formación, y 6 de cada 10 afirmaron que permanecerían en sus empleos si tuvieran apoyo financiero para costear sus estudios.

La especialista Erin Fraher, directora del Carolina Health Workforce Research Center en la Universidad de Carolina del Norte, explicó que la mayoría de los empleados busca un cambio de puesto, pero no necesariamente abandonar el sector. “Es clave diferenciar entre la intención de dejar un trabajo y la de abandonar completamente la profesión”, enfatizó.

Estudios previos refuerzan este argumento. En 2021, una investigación concluyó que quienes se sentían valorados por su organización tenían un 40% menos de probabilidades de sufrir burnout. Otro estudio de 2024, desarrollado durante la pandemia, demostró que el apoyo empresarial redujo el riesgo de agotamiento y elevó la satisfacción laboral.

La pandemia y sus secuelas

La crisis sanitaria global de 2020 exacerbó un problema que ya existía. Antes de la pandemia, el agotamiento entre los profesionales sanitarios era motivo de preocupación, pero la emergencia elevó la presión a niveles sin precedentes.

La doctora Patricia Pittman, directora del Fitzhugh Mullan Institute for Health Workforce Equity en la Universidad George Washington, advirtió que son cada vez más comunes los casos de “lesión moral”, especialmente entre enfermeras que se sienten poco valoradas, inseguras y con una confianza debilitada hacia sus empleadores.

El sistema de salud enfrenta, además, otros retos estructurales: el envejecimiento de la población, que incrementa la demanda de servicios; la irrupción de la inteligencia artificial, que obliga a los profesionales a actualizar sus conocimientos; y una creciente presión financiera reconocida por los propios empleadores, según señaló Joanne Spetz, directora del Philip R. Lee Institute for Health Policy Studies en la Universidad de California en San Francisco.

Consecuencias en la atención médica

La falta de personal no solo impacta en el ámbito laboral, sino también en la seguridad de los pacientes. “El acceso se verá reducido y la calidad estaría comprometida”, advirtió Pittman.

El burnout también influye en la disponibilidad de servicios. La doctora Dyrbye recordó que un estudio nacional halló que el 40% de los médicos planea reducir sus horas de atención clínica, más del doble de lo registrado hace una década.

Las consecuencias económicas son igualmente alarmantes. Se estima que el costo anual del burnout médico asciende a $4,600 millones de dólares. Además, por cada enfermera que abandona su puesto, los empleadores enfrentan gastos de entre $45,000 y $67,500, sin contar la pérdida de continuidad en la atención y los mayores tiempos de espera para los pacientes.

Un llamado urgente al rediseño del sistema

Frente a este panorama, los expertos coinciden en que el sector tiene la oportunidad de rediseñar procesos, reducir cargas administrativas y priorizar el desarrollo profesional.

La doctora Dyrbye sostuvo que invertir en nuevos modelos de apoyo y liderazgo no es opcional, sino imprescindible para garantizar la sostenibilidad del sistema. “Si no se actúa de manera inmediata, las consecuencias en el acceso y la calidad de la atención serán inevitables”, advirtió.

En definitiva, la posible fuga masiva de personal sanitario refleja una crisis que no solo amenaza la estabilidad laboral del sector, sino también el bienestar de millones de personas que dependen de un sistema de salud en riesgo de colapsar.

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