Luchar unos contra otros no es la solución
El Programa de HSIs fue creado por el Congreso en 1992 con apoyo bipartidista

El Programa HSI nunca se concentró en seleccionar estudiantes por raza. Crédito: Pexels
Los ataques más recientes contra las universidades designadas como Instituciones al Servicio de los Hispanos (HSIs por sus siglas en inglés) no solo demuestran cómo esta administración rechaza la forma en que nuestro gobierno ha utilizado los programas de subvenciones federales para igualar las condiciones de todos los estudiantes, sino que también tiran un golpe bajo, al enfrentar a los grupos raciales y étnicos entre sí.
El Programa de HSIs fue creado por el Congreso en 1992 con apoyo bipartidista para proporcionar recursos claves a las universidades que matriculan a un gran número de estudiantes hispanos, lo que les ha ayudado a satisfacer las necesidades de un cuerpo estudiantil creciente y diverso.
Hoy en día, existen 615 HSIs en todo el país, que matriculan al 67,3% de todos los estudiantes universitarios hispanos. Más de 5,6 millones de estudiantes de diversas identidades se benefician de sus programas. Ocho de las 10 mejores universidades del mundo en el Índice de Movilidad Social (SMI) de CollegeNet, Inc., del 2024 eran HSIs.
El grupo Students for Fair Admissions (SFFA), el mismo grupo dirigido por Edward Blum que llevó a la Corte Suprema en 2023 el caso que desmanteló la acción afirmativa en el proceso de ingreso a la universidad, presentó una demanda este verano alegando que este programa discrimina a las personas no latinas.
Poco después, el Departamento de Justicia anunció que no defendería el caso. Y después de ahí, con una cruel inoportunidad, el Departamento de Educación anunció durante la Semana de las HSIs que había recortado $350 millones en fondos que apoyan a las HSIs y otras instituciones que apoyan a minorías.
El Programa HSI nunca se concentró en seleccionar estudiantes por raza. Ha apoyado a escuelas que ya educan a un alumnado diverso, y los fondos de HSI se utilizan para apoyar a todos los estudiantes en estas escuelas, no solo a los latinos. Perder estas subvenciones perjudicará a las sedes universitarias y a las comunidades donde se ubican estas escuelas.
Para colmo de males, el Departamento de Educación anunció que iba a remitir $495 millones de dólares en fondos a las universidades históricamente negras (HBCU) y a las universidades tribales.
Las HBCU y las universidades tribales han educado a generaciones de estudiantes que, de otro modo, quedarían excluidas de la educación superior y merecen sin duda una financiación sólida.
No podemos dejarnos llevar por las maniobras de la administración, que hacen parecer que los diversos grupos étnicos e instituciones deben luchar entre sí por migajas. Hay suficiente dinero para seguir financiando todas estas subvenciones. Lo que falta es la voluntad de una administración que cree que cualquier programa que apoye a los grupos tradicionalmente excluidos lo hace a expensas de los estudiantes blancos.
El Título VI de la Ley de Derechos Civiles prohíbe la discriminación en los programas financiados con fondos federales, pero también reafirma la responsabilidad del gobierno de tomar medidas afirmativas para abordar la exclusión histórica. Retirarles el apoyo mientras se les ofrece nuevos fondos en otros ámbitos socava décadas de políticas diseñadas para igualar las condiciones.
Por eso, la Asociación Hispana de Colegios y Universidades (HACU), representada por LatinoJustice PRLDEF, ha solicitado intervenir en este caso, y dicha solicitud sigue en curso. No nos quedaremos de brazos cruzados mientras se socava la financiación para estudiantes latinos y de color. LatinoJustice lleva más de 50 años luchando por los derechos civiles de nuestra comunidad y seguiremos luchando en los tribunales, en la formulación de políticas y en coalición con otros para garantizar que la equidad no se desmantele bajo la falsa apariencia de la neutralidad.
Lo cierto es que las comunidades latinas, negras, nativas y asiático-americanas no son enemigas entre sí. Estamos unidas en la lucha contra la desigualdad estructural, y cuanto antes rechacemos estas tácticas, más fuertes seremos. No debemos aceptar migajas cuando todos merecemos un lugar en la mesa. Porque cuando todos nuestros estudiantes triunfan, la nación triunfa.
Lourdes M. Rosado es la Presidenta y Abogada Principal de LatinoJustice PRLDEF.