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Abre primera muestra de cómics boricuas en Biblioteca Pública de NY: cotidianidad, cultura y resiliencia puertorriqueña

Manuel Martínez Nazario, un boricua nacido en NY, donó a la NYPL su colección privada de 1,400 cómics que recopiló por 25 años

Gualí, el pequeño taíno es una de las viñetas en“¡Wepa! Puerto Ricans in the World of Comics”.

Gualí, el pequeño taíno es una de las viñetas en“¡Wepa! Puerto Ricans in the World of Comics”. Crédito: NYPL | Cortesía

NUEVA YORK – En el imaginario de Iván Plaza, el coquí es más que la rana autóctona puertorriqueña, cuyo insistente canto despierta y aviva las intrínsecas voluntades del ser boricua.

El coquí es además un superhéroe que se desplaza de un solo salto a través de las hectáreas del Bosque Nacional El Yunque, el único tropical ubicado en el noreste de Puerto Rico y que forma parte del Sistema Forestal Nacional de Estados Unidos.

“Un superhéroe inspirado en la rana que tiene poderes que adquirió a través de coquíes…Es alguien que estudió Biología y estaba haciendo trabajo de campo…tiene un accidente y los coquíes mágicos de El Yunque lo reviven y, gracias a eso, adquiere poderes sobrehumanos, como brincar por muchos kilómetros. Combina también mucho el sentido de humor y la cultura de Puerto Rico”, describió Paloma Celis Carbajal, curadora de las colecciones de estudios latinoamericanos, ibéricos y latinos de la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL).

A la par con el son de ¡ko-ki!, ¡ko-ki!, el superhéroe enfrenta a sus enemigos usando el “Yukaslash” (en referencia al tubérculo tropical nombrado yuca en la isla).

El “Yukaslash” es el ataque característico del “Jíbaro Samurái” para derrotar a un malvado robot verde. Una cabra mágica azul, Mofinga, su compañera de aventuras, envía los restos del villano al espacio exterior.

Antes de viajar a Japón y aprender el arte samurái, el Jíbaro Samurái, creado por Miguel Ángel Sanjurjo, era un feliz campesino en tierras borincanas.

“Todo el sentido del humor está basado en cultura puertorriqueña. Por ejemplo, todas las onomatopeyas que ves en los cómics…lo que usa para los golpes y las luchas. El ataque principal del Jíbaro Samurai es el ‘Yukaslash’, y usa un machete en lugar de una espada…Su ropa son los kimonos japoneses, pero también tiene su pava de jíbaro. Entonces, este tipo de combinaciones que hay me parecen fascinantes y te están abriendo espacios de identificación”, añadió en entrevista con El Diario.

Aunque, los personajes de los cómics anteriores se sostienen en historias y narrativas distintas, ambos son nativos de la isla, comparten su respeto por la cultura puertorriqueña y se empoderan a través de los símbolos patrios de la cotidianidad boricua.

Estas creaciones forman parte de la primera exposición de cómics boricuas de la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL) que arrancó este sábado, 4 de octubre, y se extenderá hasta el 8 de marzo del próximo año en la Galería Wachenheim del Edificio Stephen A. Schwarzman. La exhibición con más de 60 piezas de artistas puertorriqueños de la isla y de la diáspora lleva como título “¡Wepa! Puerto Ricans in the World of Comics”.

El bibliotecario puertorriqueño nacido en Nueva York y criado en la isla, Manuel Martínez Nazario, donó a la NYPL su colección privada de 1,400 cómics que recopiló por 25 años al interiorizar que, si bien existían importantes creadores de cómics puertorriqueños, sus obras no se encontraban en las bibliotecas.

Gracias a su aporte, la Colección Manuel Martínez Nazario de Puertorriqueños en el Mundo del Cómic es una de las más grandes de su tipo y ahora está abierta a investigadores.

Por la diversidad de las temáticas, Celis Carbajal junto al también curador Charles Cuykendall Carter dividieron la exposición en cuatro secciones.

La primera sección consta de la “Isla y el “Desgaste de María”; la segunda, “Nueva York”; la tercera, “El pasado”; y la cuarta, “Otros mundos”.

Parte del trabajo consistió en explorar la historia de Puerto Rico y en hablar con los creadores para conocer las anécdotas y el contexto detrás de sus obras.

“Eso era importante para nosotros, traer sus voces, no solo sus obras a la exhibición”, expuso.

La entrega incluye a artistas que son íconos de la industria del cómic hasta otros más independientes y emergentes.

“Yo creo que lo que une a estos comics es la necesidad de pertenecer, de abrir un espacio donde perteneces y te sientes a gusto siendo quién eres”, destacó Celis Carbajal.

Para los curadores, la muestra es también un “acto de resistencia contra el olvido”.

En ese sentido, las viñetas también muestran a personajes que reflejan directamente el poder los puertorriqueños para batallar a diario contra los desafíos que impone la colonia.

María de Rosa Colón Guerra. Imagen: cortesía NYPL

La experta resaltó que el huracán María que devastó a Puerto Rico en el 2017 hizo que la temática de los fenómenos naturales y la resiliencia del puertorriqueño ante el desastre entrara en secuencia.

No podría decirte si marcó un cambio; lo que sí se ve es la inserción del huracán (en las historias de los cómics). Fue tan grave la manera en la que repercutió en todos los aspectos de la vida que está reflejado en los cómics. Algunos son, específicamente, sobre el huracán María, como sería Temporada. Hay otro que se llama María, como otros que lo mencionan de paso”, mencionó.

En “Temporada”, de Rosaura Rodríguez, se pone en cuestionamiento el número de muertos por el huracán María y los rollos de papel toalla lanzados por Donald Trump a damnificados en una iglesia justo después del evento atmosférico en la isla.

“Todo hecho en acuarela, y es una manera muy poética, minimalista, sucinta de referirse a lo que estaba sucediendo en la vida diaria, pero también sus emociones en relación con lo que estaba sucediendo tanto del momento de la afectación como de lo que sucedió con la respuesta de los gobiernos local y federal”, analizó.

Problemas cotidianos que se han agravado tras el paso del huracán, como la crisis eléctrica, también hacen parte de la exhibición.

“Tacita”, de Joel “Chizo” Vázquez, es uno de estos utensilios, pero antropomórficos que, en una de las viñetas, decide irse a tomar sol a la playa porque no hay luz en el apartamento que comparte con su “rommate” humano para mostrar el problema energético de territorio.

Unos tres cuadritos te hablan de tener que lidiar con el problema del sistema eléctrico, como la resiliencia que hay y la manera de buscar soluciones”, resaltó la entrevistada.

La historia precolonial en Puerto Rico también se ve reflejada en la selección con la figura de “Turey El Taíno”, quien trae a la modernidad el legado de los indígenas de las Antillas Mayores al idioma y a la cultura en general.

“La Borinqueña”, de Edgardo Miranda-Rodríguez. Imagen: cortesía NYLP

La magia taína también se encuentra en “La Borinqueña”, de Edgardo Miranda-Rodríguez, conocido por sus personajes para Marvel Entertainment.

“La Borinqueña” es Marisol Ríos de la Luz, una estudiante de Columbia University que conecta con poderosos espíritus ancestreales vinculados con su herencia taína que lo otorgan poderes sobrehumanos.

Recuperar la historia no contada

Recuperar la historia de Puerto Rico inexistente en los libros oficiales también motivó a algunos de los artistas de la exhibición. Ese es el caso de la apuesta de John Vasquez Mejías, quien es una de sus piezas narra la insurrección nacionalista de 1950 en Utuado y otros pueblos como Jayuya en reclamo a la independencia de Puerto Rico. Fuerzas estadounidenses bombardearon los municipios.

El evento resultó en múltiples muertes, tras el intento fallido de asesinato contra el presidente Harry S. Truman.

Es un cómic precioso tallado a mano y es sobre la historia de la insurrección de 1950 en Puerto Rico en Jayuya y en Utuado. Ese está hecho por John Vasquez Mejías de Nueva York, y él lo hizo porque su papá le contaba lo que había pasado, pero nunca lo aprendió en la escuela, nunca se lo enseñaron…No aparecía en la historia oficial que uno recibe en la escuela. El sintió que era importante comunicarlo y dar a conocer una historia problemática por ambos lados, tanto el intento de asesinato del presidente, pero también la represalia con el bombardeo de estas dos poblaciones”, describió Celis Carbajal.

Por otro lado, los espectadores podrán explorar “Tales of the closet” de Ivan Vélez Jr., el primer cómic para adolescentes en el que todos los personajes son de la comunidad LGBTQ y se ambienta en el NY de los 80.

“Eso, en esa época, era tabú y no se hablaba, en un momento tan importante como la crisis del sida”, resaltó.

“Tales of the closet” de Ivan Vélez Jr. Imagen: cortesía NYPL

La presencia de la diáspora

Estos tres últimos exponentes son miembros de la diáspora, lo que según Celis Carbajal es esencial en la muestra.

La diáspora está muy presente en la exhibición. Tenemos varios cómics creados por artistas en la diáspora que no necesariamente son de la primera generación, son de segunda, tercera generación, pero son diáspora puertorriqueña. Es muy interesante ver diferentes intereses”, indicó.

A preguntas de en qué momento las historietas puertorriqueñas empezaron a evolucionar para ser más que transformaciones de los superhéroes de la industria “mainstream” estadounidense y servir más directamente como espacio de crítica social y política, dijo: “La colección incluye caricatura política….La crítica social más directa yo creo que empieza en los 90 y luego el boom de los artistas independientes es en el siglo 21 donde ya ves más la explosión de las diferentes maneras del comentario político y social”.

A pesar de todo el potencial en el trabajo de los creadores de cómics boricuas, Celis Carbajal reconoció que publicar y difundir masivamente su trabajo sigue siendo un reto por muchas razones como el alto costo.

Publicar en Puerto Rico es carísimo. El costo del papel, el costo de las tintas. Algunos de ellos deciden enviarlos para que se impriman en territorio continental…y después los llevan a la isla. Algunos sí publican allá, pero para ellos es muy, muy caro”, afirmó.

“Eso es un gran reto, porque imprimen y luego ellos mismos tienen que buscar cómo venderlos. Esa es la razón por la que varios publican en inglés para abrirse al mercado de Estados Unidos continental”, explicó.

La curadora reconoció esfuerzos de organizaciones como Tintero, que realiza el Festival de comics y arte independiente de Puerto Rico.

“Hay algunas tiendas de cómics que hacen muchos festivales…Hay uno que se llama Tintero, organizado por mujeres…Lo crearon para animar a las mujeres a crear comics y para romper con el estereotipo de que los comics solo son para los hombres. Otra feria que es fundamental es la de comics que organiza Manuel Martínez Nazario. Este año fue la octava edición”, mencionó la bibliotecaria.

La representante de la NYPL está convencida de que exhibiciones como esta también ayudarán a incentivar el trabajo de estos artistas al acercar sus obras a comunidades más allá de la boricua.

“Yo no soy puertorriqueña, soy mexicana, y me sentí muy identificada, porque hay muchos aspectos de nuestra historia que uno se puede identificar, como vivir en precariedad en comparación con otros países del norte. Ese bregar y buscar soluciones y la resiliencia frente a condiciones precarias o difíciles de vida por muchas razones, es algo con lo que me identifiqué. Otra cosa identificable es estar subversión de lo que son los héroes, como sería el Jíbaro Samurai. Esa afirmación de que no todo tiene que estar enfocado en EE.UU. En el caso del Samurai, alejarte de EE.UU. y ver a Japón también, es algo que también me pareció que me identificaba; cómo cambiar y subvertir esos roles y personas; y otra, por supuesto, estos comentarios sociales y políticos que, aunque no son exactamente idénticos, porque Puerto Rico es territorio de EE.UU., de todas maneras el colonialismo existe, el colonialismo económico y aspectos dentro de nuestros propios países que también hablan de esa identidad…”, concluyó.

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