Cómo decorar de forma sostenible en Navidad, según expertos
Algunos activistas ambientales promueven el uso de materiales reciclables o reutilizables para disminuir la contaminación ambiental
Las decoraciones suelen dejar contaminación en el ambiente. Crédito: Starbucks | Cortesía
Con la llegada de las fiestas, junto a las luces, los regalos y las reuniones familiares, surge un problema ambiental que suele pasar desapercibido: los residuos domésticos se incrementan de manera significativa entre Acción de Gracias y Año Nuevo, y gran parte de ellos proviene de las decoraciones navideñas.
Globos, confeti, pancartas y adornos de plástico se convierten rápidamente en basura y liberan microplásticos, partículas que representan un riesgo creciente tanto para la salud humana como para el medio ambiente. A pesar de ello, muchos prefieren disfrutar de las festividades sin preocuparse por estos efectos.
Los expertos insisten en que es posible mantener la tradición navideña y, al mismo tiempo, tomar decisiones más sostenibles. Elementos comunes como purpurina, nieve artificial, farolillos o guirnaldas de plástico están diseñados para dispersarse fácilmente, lo que dificulta su reutilización y reciclaje, aumentando la contaminación durante la temporada.

Por ejemplo, al reventar 100 globos, se pueden liberar hasta 33 millones de microplásticos. La purpurina no solo adorna decoraciones, sino también juguetes infantiles, lo que incrementa el riesgo de ingestión accidental por los niños. Este fenómeno refleja el impacto invisible de la sobreproducción y el consumo excesivo de plástico.
Alternativas sostenibles y cambios de hábito
Muchos científicos y activistas sugieren optar por materiales reciclables o reutilizables. Crear adornos con papel, cartón o elementos naturales no solo reduce residuos, sino que puede convertirse en una actividad familiar divertida y educativa. Por ejemplo, hacer copos de nieve con papel viejo permite decorar la casa sin generar contaminación adicional.
Al buscar decoraciones, conviene revisar los materiales. Guirnaldas de papel, manualidades propias y productos sin plásticos sintéticos contribuyen a reducir la huella ambiental. Además, educar a familiares y amigos sobre estas opciones ayuda a que la conciencia ecológica se extienda más allá del hogar.
Otro punto crítico son los envoltorios de regalo. Muchos parecen papel, pero incluyen recubrimientos plásticos que impiden su reciclaje. De manera similar, objetos de uso cotidiano como vasos y platos de plástico también pueden liberar microplásticos al contacto con alimentos o bebidas calientes, afectando la salud.

El cambio hacia prácticas más sostenibles no requiere transformar completamente la rutina navideña de inmediato. Se trata de implementar modificaciones graduales: elegir materiales menos contaminantes, reducir decoraciones de un solo uso y favorecer productos duraderos. Año tras año, pequeños cambios pueden generar un impacto significativo.
La Navidad puede seguir siendo un momento de alegría y tradición, pero incorporando hábitos conscientes que reduzcan la contaminación y protejan la salud de todos.