Trump propone construir un gigantesco buque de guerra para la “Flota Dorada” de la Armada
El presidente afirmó que será “el más grande, el más rápido y, por lejos, mucho más poderoso que cualquier acorazado construido en el pasado”
La propuesta de Trump forma parte de una iniciativa denominada Flota Dorada. Crédito: Alex Brandon | AP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un plan para que la Armada construya un nuevo y gigantesco buque de guerra, al que describió como un acorazado, a pesar de que este tipo de naves quedó prácticamente en desuso hace décadas.
La propuesta forma parte de una iniciativa denominada Flota Dorada, reseñó Associated Press.
Durante un acto en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, Trump aseguró que el barco superará cualquier referente naval previo. Afirmó que será “el más grande, el más rápido y, por lejos, mucho más poderoso que cualquier acorazado construido en el pasado”.
El mandatario explicó que la nave estaría equipada con misiles hipersónicos, sistemas láser de alta potencia y cañones electromagnéticos, tecnologías que actualmente no están plenamente operativas en la flota estadounidense y que continúan en fase de desarrollo por parte de la Armada.

El planteamiento de Trump contrasta con la situación reciente de la Armada. De acuerdo con AP, hace solo semanas el Pentágono decidió cancelar un programa para construir un nuevo buque de guerra pequeño, debido a retrasos prolongados y costos que se dispararon, optando en su lugar por adaptar un diseño de guardacostas ya existente.
A esto se suman los problemas para cumplir plazos y presupuestos en otros proyectos estratégicos, como los portaaviones de la clase Ford y los submarinos de la clase Columbia, lo que ha generado dudas sobre la capacidad del sector naval para asumir desarrollos aún más complejos.
Históricamente, los acorazados fueron buques fuertemente blindados y armados con enormes cañones, protagonistas de los grandes combates navales del siglo XX. La agencia explicó que su punto más alto llegó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos desplegó los acorazados de la clase Iowa, con un peso cercano a las 60,000 toneladas.

Tras el conflicto, estas naves perdieron protagonismo frente a los portaaviones y las armas de largo alcance. Aunque la Armada modernizó algunos acorazados en los años ochenta con misiles y radares más avanzados, todos fueron retirados del servicio en la década siguiente.
Trump y su interés personal en el diseño naval
AP destaca que Trump ha mostrado durante años una atención a los detalles técnicos y estéticos de la flota. En su primer mandato cuestionó la adopción de sistemas electromagnéticos para lanzar aviones desde los portaaviones y defendió tecnologías más tradicionales.
También ha criticado el estado visual de los buques, señalando problemas como la corrosión. El empresario John Phelan contó a senadores que Trump le enviaba mensajes a altas horas de la noche para preguntarle qué se estaba haciendo con barcos oxidados o en reparación, según AP.
En una visita a un astillero en 2020, Trump aseguró haber intervenido directamente en el diseño de una fragata que posteriormente fue cancelada. Ahora, el presidente afirmó que tendrá un rol similar en este nuevo proyecto naval.
“La Marina trabajará en el diseño conmigo”, dijo.
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