Uno de los ladrones del famoso caso Watergate estaba a sueldo de la CIA
Uno de los cinco hombres que irrumpieron en la sede del Comité Nacional Demócrata en el suceso que marcó el inicio del caso Watergate en 1972 estaba a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
WASHINGTON.- Uno de los cinco hombres que irrumpieron en la sede del Comité Nacional Demócrata en el suceso que marcó el inicio del caso Watergate en 1972 estaba a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en ese momento, según unos documentos internos revelados hoy.
Se trata de Eugenio Martínez, alias “Musculito”, un cubano anticastrista que ya había participado en 1961 en la fallida invasión de Bahía de Cochinos, y que proporcionaba a la CIA información sobre sus compatriotas exiliados en Miami.
Junto a Martínez irrumpieron en el Watergate James McCord, Frank Sturgis y Bernard Baker, que habían estado en nómina de la CIA en el pasado, además del también cubano Virgilio González, en una operación de espionaje político interno.
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El documento revelado hoy por orden judicial, llamado “Working Draft – CIA Watergate History”, fue redactado entre 1973 y 1974 y se mantuvo en secreto durante más de 40 años.
De hecho, un abogado de la CIA citado en el documento califica de “agente” a Martínez, y durante la investigación por el Watergate ese letrado afirmó que “por ninguna circunstancia” entregaría las pruebas de la relación entre el cubano y la Agencia.
“Eso rompería la confianza con un agente”, dijo el letrado en un documento que prueba lo que hasta ahora tan solo eran especulaciones.
Más allá de Martínez, el documento también revela una reunión ocurrida el 12 de julio de 1972, apenas un mes después de la detención de la cuadrilla en el Watergate, entre el entonces subdirector de la CIA, Vernon Walters, y el director del FBI, Patrick Gray.
En la reunión, Gray explica que recomendó al presidente, Richard Nixon, “librarse de toda la gente” que participó en el encubrimiento del Watergate.
“Él (Gray) le dijo al presidente que había hablado con Walters y que ambos -Walters y Gray- creen que el presidente debería librarse de la gente implicada en el encubrimiento, sin importar cuán arriba sea”, apunta el documento.
Nixon dimitió en agosto de 1974 acorralado por las consecuencias del escándalo.