‘El Chapo’ pasaría el resto de sus días recluido en esta prisión ‘supermax’
La mayoría de los presos pasan entre 22 y 24 horas del día encerrados en una celda de ocho metros cuadrados, sin ventanas
La tarde del 19 de enero, Joaquín “El Chapo” Guzmán arribó a terreno estadounidense, listo para comparecer ante una tribunal en Nueva York por cargos vinculados con el narcotráfico.
Tras su captura en enero pasado, al líder del cártel de Sinaloa ya se le había prometido la extradición a EEUU, y justo un día antes de que el nuevo presidente Donald Trump llegara a la Casa Blanca, el narcotraficante fue trasladado a la ciudad de Brooklyn, donde daría inicio su largo trayecto judicial.
El hombre, en su vez considerado el capo más buscado del mundo, además de los ya 17 impuestos por un juez federal en Brooklyn la tarde del viernes, enfrenta cargos adicionales en los estados de California, Texas, Illinois, New Hampshire, Pennsylvania, Arizona y New Jersey.
Este viernes Guzmán se declaró no culpable de los primeros cargos presentados en su contra, pero de ser hallado culpable de estos —contra los cuales pesa una sentencia mínima obligatoria de cadena perpetua-, el capo pasaría el resto de sus días confinado en una celda de la prisión más segura del país: “La Alcatraz de las Rocallosas”.
El gobierno federal mantiene en funcionamiento solamente una prisión “supermax”, o de máxima seguridad. Se trata de la Penitenciaría Administrativa Máxima de la Seguridad de Colorado, también conocido como ADX o, menos cariñosamente, como “La Alcatraz de las Rocallosas”, denominada como tal por su cercanía a las Montañas Rocky.
Actualmente, la instalación alberga a 407 presos —tiene capacidad para 490-, incluyendo algunos de los nombres más infames del mundo. Entre estos están Juvenal Palmera Pineda, el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y Juan García Ábrego, creador del cártel del Golfo.
Un criminal más podría unirse a las filas —”El Chapo”.
ADX, ubicada en Florence, Colorado, es la prisión de mayor seguridad en todo el país, reservada para “un pequeño subconjunto de la población de internos que no muestran absolutamente ninguna preocupación por la vida humana“, según Norman Carlson, exdirector de la Oficina Federal de Prisiones.
La mayoría de los presos pasan entre 22 y 24 horas del día encerrados en una celda de ocho metros cuadrados. Y sin ventanas, según un reporte de Amnistía Internacional.
Después de tres años, estos podrían ser trasladados a otra prisión de seguridad reducida.
Guzmán ya se ha escapado dos veces de prisiones de máxima seguridad en México: una vez en el 2001, y luego otra vez en 2015 a través de una serie de túneles cavados debajo de su celda.
Los fiscales estadounidenses cuentan con más de 40 testigos dispuestos a declarar contra Guzmán, dijo Capers a periodistas, y añadió que el juicio final probablemente durará “muchas” semanas.
Guzmán, de 59 años, llegó en pequeño avión en el aeropuerto MacArthur de Long Island tras caer la noche del jueves de una prisión en la ciudad de Juárez, en el norteño estado de Chihuahua, donde gobierna su cártel de Sinaloa.