Doctores inmigrantes son “antídoto” a escasez médica en zonas rurales de EEUU
Impulsan proyecto de ley para programa "Conrad 30" para galenos extranjeros
WASHINGTON.- La escasez de médicos ha llegado a un punto de crisis en EEUU y son los doctores inmigrantes, como la venezolana Estela Mota, quienes llegan al rescate en zonas rurales y marginadas. Un proyecto de ley bipartidista en el Senado serviría de “antídoto” para aliviar la crisis, afirmaron este miércoles varios expertos.
Enmontañados en los Apalaches o en zonas rurales de Montana, Pensilvania, Texas, o Dakota del Norte, son los inmigrantes, provenientes de Asia, América Latina, Europa, y Oriente Medio los que, una vez que completan su capacitación en EEUU, abren consultorios o trabajan en clínicas y hospitales.
Gracias al programa migratorio “Conrad 30”, estos inmigrantes se desplazan a zonas y comunidades donde, en muchos casos, no se ve siquiera un sólo médico de cabecera o un especialista.
Gran demanda por médicos en zonas rurales
En 2013, por ejemplo, hubo apenas 68 médicos de cabecera por cada 100,000 habitantes en zonas rurales, en comparación con 84 por cada 100,000 en zonas urbanas, según la Agencia para la Investigación y Calidad del Cuidado de Salud.
En declaraciones a este diario, David Bowman, un portavoz de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, en inglés), una dependencia del Departamento de Salud, dijo que para el pasado 31 de diciembre, más de 51,6 millones de personas en EEUU vivían en áreas con escasez de dentistas.
“Esto significa que esas áreas tienen menos proveedores de servicios dentales para sus respectivas poblaciones que las proporciones mínimas establecidas… la gente en estas áreas podría afrontar barreras para acceder a cuidado dental”, explicó Bowman.
La HRSA indica en esta página web que hay una escasez nacional de 6,727 médicos de cabecera, 5,550 dentistas, y 4,682 especialistas en salud mental.
Un mapa interactivo de la HRSA muestra, estado por estado, el número de médicos que se requieren para resolver el problema de escasez.
Según la Comisión Educativa para Estudiantes Médicos Extranjeros (ECFMS), el 25% de los médicos que trabajan o hacen prácticas en EEUU es de origen extranjero, pero en algunas zonas pobres su porcentaje es mayor, precisamente porque optan por ayudar a comunidades marginadas.
En 2015, año del que se tienen las cifras más actualizadas, hubo 211,460 extranjeros graduados de facultades de medicina haciendo prácticas en clínicas y hospitales en EEUU, según la ECFMS.
Aunque la escasez puede obedecer a múltiples factores, como menos desarrollo e infraestructura en zonas rurales, lo cierto es que los profesionales de salud, que emprenden carreras largas y costosas, tienden a trabajar en áreas relativamente ricas y urbanas.
Médicos extranjeros al rescate
Las recientes restricciones para agilizar el procesamiento de visas “H-1B” para estos profesionales de salud amenaza con retrasar el arribo de extranjeros que participan anualmente en programas de residencia médica en hospitales universitarios.
Mientras, se calcula que más de 6,000 extranjeros con visas “J-1” participan en programas de residencia médica en EEUU, según la Asociación de Colegios Médicos Estadounidenses (AAMC, por su sigla en inglés)
Un grupo de senadores bipartidista presentó recientemente un proyecto de ley para ampliar el programa “Conrad 30”, que desde 1994 permite a médicos extranjeros con visas “J-1” permanecer en EEUU si ofrecen sus servicios en zonas rurales o marginadas.
Gracias a ese programa, que lleva el nombre de su creador, el exsenador por Dakota del Norte, Kent Conrad, unos 15,000 médicos extranjeros han abierto consultorios o trabajan en comunidades con poco acceso a proveedores desde 1994, según la AAMC.
Este competitivo programa -sólo hay 30 puestos en cada estado-, es administrado por el Departamento de Estado y permite que extranjeros egresados de programas de residencia médica en EEUU puedan permanecer en este país y soliciten su “tarjeta verde” después de un mínimo de tres años de servicio en áreas pobres.
Por lo general, los médicos extranjeros que han completado su residencia en EEUU deben regresar a sus países de origen durante dos años antes de poder trabajar en instalaciones estadounidenses, pero el “Conrad 30” les ofrece una exención.
El programa “Conrad 30”, que el Congreso debe reautorizar cada dos años, vence el próximo 28 de abril, pero las senadoras demócratas, Amy Klobuchar, de Minnesota, y Heidi Heitkamp, de Dakota del Norte, junto a la senadora republicana de Maine, Susan Collins, han presentado una legislación para extenderlo hasta el 20 de septiembre de 2021.
En un comunicado conjunto, las senadoras urgieron la aprobación de la medida, que además mejora el proceso de obtención de visa, amplía el número de puestos, incluye protecciones laborales para los médicos extranjeros, y permite que sus cónyuges trabajen en EEUU.
La legislación cuenta con el apoyo de la AAMC, la Asociación Médica Estadounidense, y la Asociación de Hospitales de EEUU.
Para la abogada Avalyn Langemeier, es “una apuesta en la que todos ganan”, tomando en cuenta que las poblaciones en zonas del interior del país tienden a ser mayores, tener más problemas de salud, y sufrir más aislamiento social que personas en zonas urbanas.
“Los pacientes ganan porque tienen acceso a médicos capacitados en EEUU, menos tiempo de espera, y más opciones… las comunidades y EEUU ganan, porque mejora el sistema de salud pública en zonas afectadas por la escasez”, dijo a este diario Langemeier, abogada con el bufete Foster LLP.
Además, el programa no le cuesta un centavo al gobierno federal, y los médicos extranjeros seleccionados en el “Conrad 30” pueden agilizar sus trámites de residencia permanente.
Pueblo chico, grandes oportunidades
Mota, de 36 años y madre de un niño de 13 meses, participó en el “Conrad 30” mientras hacía su residencia médica en un hospital de la Universidad de Texas en Galveston, y fue contratada en septiembre de 2014 por una clínica en Bastrop.
En entrevista telefónica con este diario, la doctora Mota, especialista en medicina familiar, afirmó que trasladarse a Bastrop, una ciudad chica, sin un sólo hospital y a 30 minutos al sureste de Austin, fue una decisión acertada.
“Ya compré casa acá, tengo a mi familia, nos hemos integrado a la comunidad. Es una ciudad bien agradable… tengo mucha satisfacción porque tengo muchos pacientes, y también tengo muchas responsabilidades en áreas satélite de Bastrop”, explicó Mota, quien espera su segundo hijo.
Mota atiende a hasta 30 pacientes a diario sólo en la clínica, pero también es directora médico de uno de los cuatro asilos de ancianos en Bastrop.
“Hay muchísima necesidad de médicos a nivel nacional, no solo en zonas rurales, y la escasez es tal que el sistema médico ha tenido que recurrir a enfermeras practicantes o asistentes médicos para ayudar con la cantidad de pacientes que tenemos”, observó Mota.
Las asociaciones médicas también han sonado la alarma de que la veda temporal a inmigrantes de seis países de mayoría musulmana -por ahora frenada en los tribunales- podría empeorar la escasez de médicos en zonas empobrecidas.
A Mota no le cabe duda de que el programa “Conrad 30” debería hacerse permanente.
“Los médicos extranjeros estamos llenando un vacío. No sólo estamos aportando cuidado médico, sino que pagamos impuestos y contribuimos a la economía, y en el futuro podemos ser una fuente de empleos al abrir clínicas”, puntualizó Mota.