Temer se resiste a renunciar a la presidencia de Brasil
Nuevo escándalo de corrupción sacude al gigante de América Latina
BRASILIA — El presidente brasileño, Michel Temer, negó que vaya a renunciar a su cargo, tal como lo exigen toda la oposición y sectores de su propia base política por sospechas que le implican en corrupción e intentos de obstruir a la justicia.
“No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo una esclarecimiento pleno de todo””, declaró Temer en un mensaje a la nación transmitido desde el Palacio Presidencial de Planalto.
“Quiero dejar muy claro que mi Gobierno vivió en esta semana su mejor y su peor momento”, dijo el mandatario, quien en el primer caso citó “la caída de los indicadores de la inflación, los números del retorno del crecimiento (económico) y la generación de empleo, con esperanza de días mejores”.
Sin embargo, afirmó que “cuando el optimismo retornaba”, una grabación hecha “clandestinamente trajo de nuevo el fantasma de una crisis política en una dimensión aun desconocida”.
Aludió así a unan información divulgada este miércoles por el diario O Globo, según la cual Temer habría sido grabado por un empresario que colabora con la justicia en investigaciones sobre corrupción cuando avalaba un supuesto soborno a un exdiputado preso a cambio de su silencio.
El objeto de la presunta coima sería Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara baja, antiguo aliado del gobernante y promotor del juicio político que condujo el año pasado a la destitución de Dilma Rousseff y, por consecuencia, llevó a Temer al poder.
Como había hecho la víspera mediante una nota oficial, Temer negó que haya consentido con algún tipo de soborno para alguien.
“En ningún momento pedí que pagaran a quien quiera que sea para que no hable” y “no compré el silencio de nadie”, afirmó el jefe de Estado, quien también aludió a la decisión anunciada hoy por la Corte Suprema de iniciar una investigación oficial sobre su presunta participación en esos hechos.
“No preciso de cargo público ni de foro especial”, “no tengo nada que esconder” y “por eso registro enfáticamente que la investigación pedida por la Corte Suprema será el territorio en que demostraré mi inocencia”, declaró visiblemente molesto.
Pese al discurso firme de Temer, en el país se comenzó a debatir abierta y públicamente sobre la posibilidad de su renuncia o incluso de que sea sometido a un proceso de destitución.
La renuncia de Temer es exigida desde este miércoles por toda la oposición, pero esa demanda tuvo hoy la adhesión de importantes e influyentes sectores del oficialismo.
El pronunciamiento más duro lo hizo el expresidente Fernando Henrique Cardoso, uno de los líderes más respetados del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), un pilar fundamental en la base de Temer.
“Si las alegaciones de defensa no son convincentes -y no basta con alegar que son necesarias evidencias-, los implicados tienen que tener el deber moral de facilitar la solución, aún con gestos de renuncia”, publicó Cardoso en su cuenta en Facebook.