Desobediencia civil marca primer discurso de Trump en la ONU
Mientras el presidente Donald Trump amenazaba con traer “destrucción total” a Corea del Norte en su primer discurso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en las calles decenas de jóvenes ‘dreamers’ y defensores arremetían contra la ‘retórica antiinmigrante y de odio’ del mandatario.
Los manifestantes, congregados al mediodía en la esquina de la calle 59 y la Quinta Avenida, se impusieron en medio de barricadas y oficiales de policía y avanzaron decididos hacia la Torre Trump; sin embargo, fue en la intersección de la calle 57 y la Quinta Avenida en donde arreció la protesta.
El grupo, liderado por los congresistas Adriano Espaillat, Luis Gutiérrez (Illinois), Raúl Grijalva (Arizona) y la presidenta del Concejo Municipal, Melissa Mark-Viverito, intensificó las consignas a favor del DREAM Act y el clamor al Congreso para que presione por la aprobación de esta legislación, descrita por los defensores como una de las más comprensivas, incluyentes y humanas.
Las mariposas de papel, que simbolizan los sueños y la libertad de los ‘dreamers’, revoloteaban en medio de la contundente protesta. La joven mexicana Marisa García sintió renacer la esperanza en un momento en el que la incertidumbre empaña su sueño de convertirse en abogada.
García, quien llegó con su familia en Nueva York en 1992 a los seis años, no participó de la poderosa demostración de desobediencia civil, debido a su estatus migratorio, pero dijo sentirse orgullosa de que los congresistas y Mark-Viverito, entre otros defensores, fueran arrestados dejando en claro que “no hay marcha atrás en una lucha que tiene que ver con el futuro de 800.000 ‘dreamers’ en todo el país”.
Mientras que los congresistas y la presidenta del Congreso eran esposados y transportados en una camioneta del Departamento de Correcciones, García gritaba con fuerza ‘todos somos dreamers’.
“No daré ni un paso atrás, no me arrancarán de mi hogar, no separarán a mi familia, no dejaré que pisoteen mi derecho a la educación y a la libertad”, expresó García con evidente convicción. “Soy presa en mi propia casa, porque este país es mi casa”.
Para García y otros ‘dreamers’, la demostración de desobediencia civil es más que un claro desafío a la postura del presidente Trump y su Administración.
“Si tenemos aliados en el Congreso entonces tendremos una puerta abierta para vencer”, agregó García.
El grupo de doce bloqueó el tráfico en la Quinta Avenida para resaltar la crisis que enfrentan los jóvenes inmigrantes y la necesidad de que el Congreso actúe inmediatamente. Los defensores exigieron que el Congreso apruebe el DREAM Act, que incluye un camino hacia la ciudadanía para los ‘dreamers’.
“No tomo la desobediencia civil a la ligera. Como un miembro del Congreso, que alguna vez fue indocumentado, creo que esta causa es demasiado monumental para quedarse ocioso”, dijo Espaillat en un comunicado. “Sé lo que es vivir con incertidumbre y miedo (…) exijo un DREAM Act limpio, sin una pared venenosa y racialmente divisiva”.
Kica Matos, portavoz del Movimiento de Reforma de Inmigración Justa (FIRM), dijo que “la vida de los inmigrantes no es una moneda de cambio”.
“Los demócratas y los republicanos tienen que defender a los ‘dreamers’ sin agregar un solo dólar a la agenda de deportación de Trump”, sentenció.
La movilización fue convocada por la organización Make Road the Road New York (MRNY), como parte de sus acciones en defensa de los ‘dreamers’, además de la demanda Batalla Vidal vs. Baran, que se han convertido en un referente en la nación.