Ser agradecidos nos hace mejores personas

¿Qué podemos hacer para vivir emocionalmente centrados? Agradecer las pequeñas cosas que nos da la vida es una manera sencilla y comprobada que te hará sentir pleno

La gratitud nos obliga a ser más humildes porque quita el enfoque de nosotros.

La gratitud nos obliga a ser más humildes porque quita el enfoque de nosotros. Crédito: Pexels

La vida se compone de pequeños momentos, buenos y no tan buenos, que se entrelazan y componen nuestras vivencias. ¿Qué podemos hacer para vivir emocionalmente centrados? Celebrar y agradecer las pequeñas cosas que nos da la vida es una manera sencilla y comprobada que te hará sentir pleno, feliz y más capaz de sobrellevar los retos del día a día.

Según revela la Greater Good Magazine, una publicación del Greater Good Science Center de la Universidad de California en Berkeley, en un artículo escrito por Christina N. Armenta, estudiante  doctoral del Laboratorio de Actividades Positivas y Bienestar de la Universidad de California en Riverside (UC); y la doctora Sonja Lyubomirsky, profesora de psicología de la misma universidad y autora del libro The How of Happiness, aunque críticos han descrito el sentimiento de agradecimiento como uno egoísta y hasta conformista, algunos estudios científicos han probado que la gratitud nos hace ser mejores personas.

Al menos, señala la publicación, de acuerdo a investigaciones sobre el tema realizadas durante las pasadas dos décadas y a los hallazgos realizados en el Laboratorio de Actividades Positivas y Bienestar, “la gratitud no es solo una emoción placentera y pasiva, sino una fuerza energizante que nos puede llevar a alcanzar nuestras metas y a convertirnos en mejores personas y más acopladas socialmente”.

Las investigaciones realizadas revelan que estas son las cuatro vías a través de las cuales expresar gratitud puede mejorarnos como personas y como comunidad:

Conexión
Las autoras señalan que el sentimiento de agradecimiento nos obliga reflexionar sobre nuestras relaciones y a sentirnos más cercanos y conectados  a otros, lo que nos motiva a mantener nuestros esfuerzos de automejoramiento. Armenta y la doctora Lyubomirsky explican que esto se puede deber a que, “al fortalecer nuestros lazos sociales, la gratitud nos premia con una fuerte red de apoyo y aliento, que nos hace sentir más capaces para afrontar retos mayores… queremos probar que somos merecedores de nuestras relaciones y nos sentimos animados, apoyados e inspirados por las personas que están en nuestras vidas”.

Elevación
Según los científicos la elevación se refiere a ese sentimiento edificante que sentimos al hacer actos bondadosos. Las autoras explican que la gratitud hace que las personas generen este sentimiento y que inspira a las personas a ser más generosas y a emular la conducta de generosidad en otros. De esta manera, se motivan a ser mejores personas, tanto en su vida personal como profesional.

Humildad
De acuerdo a las autoras, la gratitud nos obliga a ser más humildes porque quita el enfoque de nosotros y nos hace reconocer que nuestro éxito se debe, en parte, a las acciones de otras personas. Mencionan un estudio realizado en el mencionado laboratorio en el 2014 en el que les asignaron a los participantes escribir cartas de gratitud o de lo que habían hecho en las dos horas previas. Luego los participantes tenían que imaginar a alguien molesto con ellos y describir su reacción hacia esa persona. Las personas que mostraban gratitud escribían cartas más humildes y consideraban el punto de vista de sus pares, entre otros aspectos. Las autoras concluyen que debido a que la humildad nos permite observar cómo otras personas nos han apoyado, puede producir conductas positivas que incluyen ayudar a otros y mejorarnos como individuos.

Obligación
“No todos los pensamientos que acompañan la gratitud son placenteros; algunos pueden ser incluso incómodos e inquietantes”, describen Armenta y la doctora Lyubomirsky, al añadir que al reflexionar lo mucho que nos han ayudado algunas personas nos puede hacer sentir obligados a repagar su ayuda. Aunque desagradable, este sentimiento puede motivarnos a ser mejores al despojarnos del sentimiento de culpabilidad y deuda que cargamos en nuestra vida.

Si bien las investigadoras señalan que continúan realzándose estudios en este campo, la evidencia sugiere que la gratitud nos motiva a menudo a alcanzar nuestras metas y a convertirnos en mejores personas, lo que nos ayuda a sentirnos mejor.

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