No dejes que la mala vibra arruine tu relación

¿No fue un buen año para ti y el mundo está de cabeza? Estos consejos te ayudarán a evitar que lo negativo contamine tu vida íntima

¿Cuántas veces que estás con tu pareja empiezas a contar una historia con un “Sí, pero…”? Enfocarse en lo negativo de las cosas es dañino en todo contexto, pero en la vida íntima puede ser un tsunami que destruye las bases de una buena relación. Ahora que las fiestas de fin de año se acercan y hacemos un balance de nuestras vidas, seguir algunos consejos puede ser la clave para sacudirse la mala vibra a tiempo.
El proceso de pensar lo que se ha logrado, lo que uno tiene o lo que todavía quisiera obtener, puede aumentar pensamientos y sentimientos negativos”, dice Silvia L. Mazzula, profesora asociada de Psicología de John Jay College of Criminal Justice en Nueva York. Por eso, para muchas personas en “esta temporada es mucho más difícil encontrar alegría, satisfacción o amor aunque estos estén presentes” en sus vidas.
Un mal gesto, una respuesta agresiva o cínica y/o el desinterés por saber del otro pueden ser reacciones circunstanciales; pero también pueden ser signos de depresión.
“Todos, en un momento u otro, nos sentimos tristes, solos o sin aliento”, advierte la psicóloga clínica. La negatividad nos toca de cerca de muchas maneras, pero “cuando estos pensamientos o sentimientos persisten o consumen el día a día de una persona, pueden llevarla a la depresión”.
Sentirse abrumado o derrotado por las cosas que no se pueden cambiar altera nuestro equilibrio psíquico e, incluso, se manifiesta físicamente, apunta Mazzula. Los síntomas pueden pasar desapercibidos e incluyen disminución en concentración o dificultad en tomar decisiones, fatiga, falta de ánimo, pérdida de autoestima o confianza en la capacidad de uno mismo.
También son comunes —agrega la experta uruguaya— los sentimientos de culpa excesiva (aunque falte justificación), pesimismo, preocupación por todo y el tener dificultades o variaciones en el dormir (despertarse o dormir demasiado temprano).
Los latinos no somos más o menos propensos que otros grupos a ser negativos por naturaleza, destaca la psicóloga que dirige Latina Researchers Network, una comunidad multidisciplinaria que lucha contra la poca representación de poblaciones desfavorecidas en la academia y la investigación. Sin embargo, la realidad mundial actual no ayuda a potenciar el optimismo. La incertidumbre sobre el estatus migratorio de muchos  hispanos es un detonante de la negatividad en las parejas y familias.
 “Nuestras investigaciones también muestran que la discriminación, el racismo y las “microagresiones” (otras formas sutiles de segregación) —temas sobre los que esta investigadora ha escrito mucho— son experiencias muy comunes que nuestra gente enfrenta día a día en su trabajo, en las escuelas de sus hijos y en su comunidad”. Por eso —enfatiza Mazzula— es “muy importante buscar ayuda”.
 

Dardos contra la salud y el amor

El contagio emocional es la forma principal de empatía para todas las especies, escribió Ryan T Howell, profesor asociado de Psicología de San Francisco State University en Psychologytoday.com. “Aunque tendemos a creer que, como adultos, somos expertos en el control y la gestión emocional, incluso el más estoico de nosotros es susceptible al contagio emocional”.
Esto vale también para los pensamientos y actitudes negativas. La negatividad es contagiosa, refiere Mazzula. “Cuando alguien en la pareja tiende a ser negativo, a pesar de el amor que se le da, puede afectar su propios pensamientos y sentimientos”.
Diversos estudios han comprobado como las personas positivas tienden a ser más saludables. Uno de ellos, comentado en el artículo “El Optimismo y tu salud” en el sitio de Harvard Medical School, mostró que en un período de dos años la mayoría entre 2,300 adultos mayores con una visión positiva de la vida mantenían una buena salud que les permitía vivir independientemente. 
Otra investigación citada, realizada entre 2.873 hombres y mujeres sanos, “descubrió que una perspectiva positiva de la vida estaba relacionada con niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés, incluso después de tener en cuenta la edad, el empleo, el ingreso, la etnia, la obesidad, el tabaquismo y la depresión”.
Los prejuicios son la primera fuente de negatividad en las relaciones amorosas. Sentirse amenazado por el compañero/a de vida sin razón contamina el entorno de la pareja y la hace más propensa a hacer de la negatividad su rutina, como explica la terapista Lisa Brookes Kift a NBCNews.com en el artículo “Cómo evitar que el ‘sesgo de negatividad’ afecte su relación”.
“El patrón es automático: un miembro de la pareja anticipa que el otro se comportará de cierta manera y se pone a la defensiva antes de que algo pase”, dice la consejera matrimonial.
Estar la defensiva es agotador y fácil de transferir a otros que no tienen estas ideas preconcebidas sobre el ser amado, para hacerlos sentir vulnerables en la relación. El sesgo negativo es producto de experiencias pasadas que pueden haber ocurrido en la niñez o en relaciones anteriores afectadas por la infidelidad o el abuso físico y emocional, describe Brookes Kift.
Pequeños gestos de afecto, expresar nuestros miedos y sentimientos a la pareja, trabajar juntos para construir una memoria agradable de la relación son parte de los consejos que la terapista da para superar estos prejuicios.
¿Tiendes a despertarte de mal humor? ¿Sueles decir no, en vez de sí, cuando tus hijos, novio (a) o esposo (a) sugieren algo? ¿Nunca te sientes plenamente feliz? Esas son algunas preguntas que debes hacerte cada mañana para bloquear la negatividad y hacer de tu relación y tu vida familiar un oasis de confort… Al final, las sonrisas son gratis, ¿no?
 
Recuadro:

¿Cómo poner freno a la negatividad?

1— Parar de culpar a los demás por tus decisiones, pensamientos o sentimientos. Encuentra la raíz de tu tristeza, miedos y pesimismo hablando con un profesional .
 
2— Es normal expresar descontento, pero deja de quejarte o de permitir que otras personas tengan el poder de afectar tu estado mental. Busca soluciones.
 
3— Reconoce los pensamientos negativos y remplázalos por ideas positivas. Una forma simple y efectiva es escribirlos en un diario. Por ejemplo, si alguien te dice algo agradable y respondes “Sí (o gracias), pero…”, escribe cómo responder de otra manera. Practicar hasta hacerlo un hábito.
 
4— Enfóquese en lo positivo en su vida. Escríbelo en tu diario para poder recordarlo.
 
5— Come sano, duerme más, haz ejercicio y no seas tan duro contigo mismo.
 

Fuente: Dra. Silvia L. Mazzula; artículo “Is negativity hurting your marriage” de TheSpruce.com.

 

Recursos en la web:

 Un espejo para todos. Lea más sobre las microagresiones en el estudio de Silvia Mazzula “Pero usted habla muy bien”: cómo los latinos experimentan el racismo sutil“.
 
Risas y optimismo son buenos para la salud. Este artículo de Harvard Medical School describe cómo el buen humor y el positivismo salvan a muchos de sufrir enfermedades.
 
De caminar sobre cáscaras de huevo al compromiso. Un libro sobre salud conductual en los latinos que refleja cómo la discriminación potencia la negatividad.
 
Cómo vencer al enemigo. Un artículo sobre el sesgo de negatividad y otro con consejos para ser más positivos en el matrimonio.
 

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