Editorial: Por la neutralidad en la red
Se quiere limitar el acceso libre de la Internet permitiendo que haya precios distintos para llegar a los sitios de Internet
Malas noticias para todos los usuarios de la Internet. La administración Trump está lista para quitarle las riendas al consumidor del mayor instrumento informativo de la historia, para darle el control a los proveedores de la conexión.
Hasta hoy una persona puede llegar con plena libertad a cualquier sitio de la Internet que desee. Luego el dueño de ese sitio que provee un determinado contenido decide si se puede entrar gratis o si hay que pagar para entrar.
Lo seguro es que hay un costo que abonar al que da el transporte para llegar allí. La empresa que provee la línea de Internet cobra un precio fijo por conectarlo a donde uno quiere.
Los dueños de este servicio, las compañías telefónicas y de cable, tienen la capacidad técnica para acelerar, dificultar o directamente bloquear el acceso de un cliente a un determinado sitio de Internet. Pero está prohibido hacerlo gracias a una norma del gobierno anterior que estableció la llamada “neutralidad en la red”.
Esta norma está a punto de desaparecer según los planes de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). El argumento es hartamente conocido. Se habla de eliminar regulaciones para estimular la competencia, empleo, etcétera, etcétera. Pero en realidad es permitir que las empresas telecomunicaciones puedan manipular la red para hacer más dinero.
Se quiere limitar el acceso libre de la Internet permitiendo que haya precios distintos para llegar a los sitios de Internet, como haciendo lenta la conexión o directamente bloqueando.
Las empresas pequeñas que dependen de la Internet también quedan a la merced de los proveedores de la conexión tanto en su acceso a la red, como la de los potenciales clientes a su sitio.
Al panel del FCC, de mayoría republicana, poco le importa el interés del consumidor y del negocio pequeño. La libertad de la Internet es un inmenso regalo a las empresas de telecomunicaciones -a costa del usuario.
Como si esto fuera poco, hasta el mismo proceso de comentarios públicos, para escuchar la opinión de la gente, se vio contaminado con mensajes falsos entre los millones recibidos. Es indignante que el FCC se haya negado a revisar el proceso ante las pruebas de comentarios de apoyo al cambio de personas que aseguraron nunca haberlos hecho. Hay una urgencia para que el FCC vote el cambio el 14 de diciembre que quita el poder del consumidor sobre la Internet.
De todas maneras, es bueno enviar expresar la oposición al cambio a: openinternet@fcc.gov, al igual que a su congresista y senador.
Lo ideal es una ley que regule el manejo de la Internet para evitar el vaivén político que está ocurriendo ahora. Mientras tanto, la esperanza es que una próxima administración ponga todo en su lugar.