Inglaterra podría abandonar el Mundial de Rusia 2018
El conflicto por el exespía ruso envenenado obligaría a la selección inglesa a bajarse de la justa mundialista
La participación de Inglaterra en el Mundial de Rusia 2018 se empieza a tambalear, por el caso de envenenamiento del espía Sergei Skripal, condenado por traicionar a colegas ante la intelgencia británica.
Boris Johnson, ministro de Relaciones Exteriores británico, advirtió que la selección inglesa se bajaría de la Copa del Mundo si se comprueba que Moscú está detrás de la misteriosa enfermedad que aqueja a Skripal.
El conjunto comandado por Gareth Southgate logró su clasificación directa al Mundial y comparte grupo junto con Bélgica, Panamá y Túnez.
La Policía investiga el origen de la sustancia que habría afectado a Skripal y a su hija, mientras que la cadena BBC informó de que dos agentes del condado de Wiltshire, al que pertenece Salisbury, que les atendieron inicialmente, fueron ingresados ayer con “síntomas menores” de intoxicación, como ojos irritados.
El hospital de Salisbury ha catalogado el caso de Skripal de “importante”, aunque hoy pidió a los pacientes que conserven sus citas médicas, a menos que reciban una notificación en sentido contrario.
Como parte de la investigación, las fuerzas del orden cerraron ayer un restaurante italiano en Salisbury, aunque no han indicado si padre e hija pudieron haber comido en el establecimiento.
Un portavoz de la Sanidad Pública de Inglaterra (PHE, en sus siglas en inglés) aclaró hoy que todas las personas que pudieran haber estado expuestas a esta sustancia han sido ya descontaminadas, al ser una “práctica estándar” en situaciones así.
Añadió que en el caso ayudan científicos del Centro de Radiación, Químicos y Peligros Medioambientales de la PHE.
Los medios han mencionado como posible sustancia el fentanilo, un opioide sintético mucho más fuerte que la morfina, que puede ser mortal incluso en pequeñas dosis.
Skripal, según los medios, fue un antiguo coronel del espionaje militar de Rusia, condenado en 2006 a 13 años de prisión por alta traición, tras ser procesado por haber colaborado durante años con los servicios de espionaje británicos MI6.
En 2010 fue puesto en libertad en un intercambio de espías rusos expulsados de Estados Unidos, canje que tuvo lugar en una pista del aeropuerto de Viena, en lo que en su día fue uno de los más notorios desde la época de la Guerra Fría.
Skripal fue llevado al Reino Unido, donde se instaló en Salisbury, donde el exagente llevaba una vida aparentemente muy tranquila.
Este caso recuerda al del exespía ruso Alexander Litvinenko, quien murió en Londres en noviembre de 2006 tras ser envenenado con la sustancia radiactiva Polonio-2010 contenida en un taza de té que tomó en el hotel Millenium de la capital británica mientras estaba reunido con dos ciudadanos rusos, Andréi Lugovoi y Dmitri Kovtun.
La viuda de Litvinenko, Marina, dijo hoy a la BBC que en Rusia todavía funciona la forma de operar de la KGB (antigua agencia de espionaje), pues, “si hay una orden de matar a alguien, así se hará”.
Con información de EFE.