Trump: solicitantes de asilo serán enviados a “ciudades carpa”

Trump dijo que si los migrantes tiran piedras contra las autoridades en la frontera sur, él les ha dicho que las consideren "armas" o "rifles"

Trump anuncia más medidas de "mano dura" contra caravana de migrantes. Foto: María Peña/Impremedia

Trump anuncia más medidas de "mano dura" contra caravana de migrantes. Foto: María Peña/Impremedia  Crédito: María Peña

WASHINGTON?El presidente Donald Trump dijo este jueves que prohibirá el asilo a personas que se cuelen ilegalmente entre puntos de entrada a EEUU, para así combatir la inminente “invasión” de migrantes y el “abuso endémico” del sistema de asilo, mientras su gobierno prepara “ciudades de carpa” para detenerlos mientras se resuelven sus casos.

“El abuso endémico de nuestro sistema de asilo es una burla de nuestro (sistema de) inmigración y desplaza a solicitantes de asilo legítimos”, dijo Trump en declaraciones de media hora desde el Salón Roosevelt de la Casa Blanca, al referirse a una inminente orden ejecutiva.

Asimismo, Trump precisó que las autoridades detendrán a niños junto con sus familias en las “ciudades carpa”, lo que violaría el “Acuerdo Flores” de 1997, que prohíbe la detención prolongada de menores por más de 20 días.

Varios grupos cívicos han entablado demandas contra la Administración Trump por la separación de familias y la detención prolongada de migrantes.

Preguntado por este diario sobre que las leyes actuales permiten solicitar asilo en la frontera, Trump reiteró que muchos abusan del sistema y serán deportados.

“Tendrán que ir a corte… lo que pasa es no se presentan a corte y desaparecen en el país y nunca más son vistos, pero los vamos a deportar” si pierden sus casos, explicó.

Otrora crítico de las medidas unilaterales de su antecesor, Barack Obama, Trump dijo que su gobierno tiene que responder a la caravana de migrantes porque “este no es un grupo de gente inocente. Es un gran número de personas que son duras” y no son bienvenidas en EEUU.

Planes concretos

Trump condenó nuevamente que miembros de la caravana migrante hayan tirado piedras contra las autoridades mexicanas, y afirmó que si éstos lanzan piedras contra las autoridades en la frontera sur de EEUU, él las considerará “armas” o “rifles”.

“Si quieren tirarle piedras a nuestros militares, nuestros militares responden. Les dije que lo consideren un rifle”, afirmó Trump, sugiriendo que éstos tendrían autoridad para disparar contra los migrantes.

Además, dijo que la próxima semana emitirá una orden ejecutiva “integral” que abarcará su ambicioso plan para poner fin a los incentivos a la inmigración ilegal, incluyendo mayores restricciones al proceso de asilo.

Trump argumentó que el asilo está pensado para personas que huyen de la represión política en sus países no para quienes huyen de la pobreza o buscan oportunidades económicas en EEUU, “que no los puede absorber a todos”.

Agregó que, si tanta es su emergencia, bien podrían aceptar el asilo que les ha ofrecido México pero, en vez, están “entrenados” por abogados para presentar solicitudes sin fundamento.

La orden ejecutiva también acabará con la práctica de “atrapar y soltar”, en la que los migrantes reciben una cita en las cortes pero no se presentan.

El mandatario hizo esas declaraciones antes de partir hacia un mitin político en Columbia (Missouri) y a cinco días de unos reñidos comicios legislativos que definirán el control de ambas cámaras del Congreso y, por ende, el futuro de su agenda conservadora.

Desde que surgieron las primeras imágenes de una caravana de migrantes que inició su viaje desde Honduras el pasado 12 de octubre, Trump ha hecho del combate a la inmigración ilegal un tema electoral para ayudar a candidatos republicanos.

Este fin de semana, el Pentágono completará el desplazamiento de 5,200 soldados en la frontera sur, por encima de los 2,100 miembros de la Guardia Nacional ya ubicados en la zona desde abril pasado. Ayer, Trump dijo que ampliará la presencia militar por hasta 15,000 soldados, que darán apoyo logístico a la Patrulla Fronteriza.

Los atentados terroristas contra líderes demócratas y contra una sinagoga el mes pasado desviaron la atención mediática de su guerra contra la inmigración ilegal, pero Trump retomó hoy el tema, al advertir de que EEUU está al borde de una “invasión” de criminales  y posibles terroristas.

Aún así, el mandatario negó que sus medidas tengan un cariz político-electoral, al insistir en que “no hay nada político (en responder) a una caravana de miles de gente y ahora otras que se están formando para colarse en nuestro país”, enfatizó.

El ““Acta de Inmigración y Nacionalidad” de 1965 dicta que cualquier extranjero que esté físicamente en EEUU, o entre al país ya sea en los puntos de entrada establecidos en la frontera o lejos de éstos, “puede solicitar asilo”.

La única excepción a esa cláusula se aplica si el fiscal general determina que la persona puede ser enviada a un tercer país donde su vida no corra peligro debido a su raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, o pertenencia a un grupo social.

Desde que llegó a poder en enero de 2017, Trump ha recrudecido el combate a la inmigración ilegal e impuesto restricciones a la inmigración legal.

En junio pasado, el fiscal general, Jeff Sessions, anunció mayores restricciones al proceso de asilo, eliminando ese beneficio a víctimas de violencia doméstica o violencia de pandillas, logrando de esa manera reducir drásticamente el número de solicitantes de Centroamérica.

Al mes siguiente, la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) fue un paso más allá al emitir una directriz que no sólo reafirmó la medida “vinculante” de Sessions sino que dio a los agentes federales mayor discreción para denegar el asilo por otras causas, especialmente si los migrantes entraron ilegalmente a EEUU.

En la actualidad, los tribunales afrontan un atasco de unos 800,000 casos de asilo pendientes de resolución.

Pese a la política de “tolerancia cero” en la frontera sur,  las autoridades de Inmigración continúan viendo un incremento en los cruces ilegales en la zona.

En todo caso, los planes de Trump con seguridad serán impugnados en los tribunales no sólo porque violan las leyes migratorias de EEUU sino también diversos tratados internacionales.

Los grupos defensores de los inmigrantes rechazaron las propuestas de Trump, e insistieron en que, contrario a sus afirmaciones, éstas tienen un propósito electoral, tomando en cuenta que los demócratas tienen mayores probabilidades de recuperar el control de la Cámara de Representantes.

“Trump quiere que la gente esté hablando de inmigración porque sabe desesperadamente que no puede permitir que hablen de sus planes para eliminar cobertura médica asequible y cobertura para condiciones médicas pre-existentes”, dijo a este diario Tom Jawetz, vicepresidente para política migratoria del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP).

Por su parte, Marielena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional para Leyes de Inmigración (NILC) dijo que Trump sólo busca adueñarse del ciclo de noticias para azuzar a sus base, repitiendo “falsedades” sobre los migrantes.

El plan es “ilegal e inviable” y no mejora la seguridad ciudadana, y Trump solo ha montado “un show desesperado, cruel, que destila racismo”, subrayó Hincapié, al acusar al mandatario de “fabricar una crisis” e infundir miedo a los votantes para sumar puntos políticos.

Por ello, Hincapié instó a las minorías a que salgan a votar en rechazo de medidas divisorias.

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