Pediatras de Estados Unidos urgen no dar nalgadas a los niños
Los médicos infantiles piden a los padres acabar con los azotes porque aseguran que esto les provoca daños físicos y mentales a los menores
Si usted es uno de esos padres que acostumbran a gritarles y darles nalgadas, golpes o correazos a sus hijos para disciplinarlos en un momento de rabietas o travesuras, quizás ya es tiempo que vaya pensando en cambiar esta práctica.
Según un anuncio hecho esta semana por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), el castigo corporal, o el uso de azotes como herramienta disciplinaria, aumenta la agresión en los niños pequeños a la larga y es ineficaz para enseñar a un niño la responsabilidad y el autocontrol.
De hecho, según el mismo anuncio de la AAP, nuevas evidencias sugieren que esto puede causar daño al niño al afectar el desarrollo normal de su cerebro.
“Otros métodos que enseñan a los niños el bien del mal son más seguros y más efectivos”, dijo la AAP en un comunicado.
Para cambiar esta práctica, que es muy común entre las familias de origen latino –recordemos que dar nalgadas o correazos a los niños malcriados es una costumbre culturalmente aceptada en Latinoamérica–, la AAP reforzó su llamado a prohibir los castigos corporales dentro de una declaración que forma parte de la actualización de las políticas de esa organización.
Esta declaración llamada: “Disciplina Efectiva para Criar Niños Sanos”, será presentará durante la próxima Conferencia y Exposición Nacional 2018 de la AAP en la ciudad de Orlando y la misma se publicará en la edición de diciembre de Pediatrics.
Maltrato verbal también es dañino
La declaración de la AAP no sólo se refiere a castigo corporal, sino que la organización también aborda el daño asociado con el castigo verbal, como la vergüenza o la humillación.
Para cambiar esto, la academia, que grupa a más de 67,000 profesionales de la pediatría en EEUU, apoya “educar a los padres sobre estrategias de disciplina más efectivas que enseñen el comportamiento apropiado y protejan al niño y a otros de cualquier daño”.
“La buena noticia es que menos padres apoyan el uso de azotes que en el pasado”, dijo el doctor Robert D. Sege, MD, PhD, un exmiembro del Comité de la AAP sobre el Abuso y la Negligencia Infantil, y autor de la declaración dentro de la política actualizada.
“Sin embargo, el castigo corporal sigue siendo legal en muchos estados, a pesar de la evidencia de que perjudica a los niños, no solo física y mentalmente, sino también en cómo se desempeñan en la escuela y cómo interactúan con otros niños”, agregó el pediatra en un comunicado.
Los hace más agresivos
El castigo corporal y el abuso verbal severo, según los estudios de la AAP, pueden causar que un niño tenga miedo a corto plazo, pero no mejora el comportamiento a largo plazo y puede causar comportamientos más agresivos.
De acuerdo con los resultados de una investigación, los niños pequeños que fueron azotados más de dos veces al mes a los 3 años eran más agresivos a los 5 años. Esos mismos niños a los 9 años mostraron comportamientos y vocabularios más negativos.
Afecta su salud mental
Las investigaciones también han demostrado que golpear a un niño, gritarle o avergonzar puede elevar las hormonas del estrés y provocar cambios en la estructura del cerebro. El abuso verbal severo también está relacionado con problemas de salud mental en preadolescentes y adolescentes.
Los expertos esperan ayudar a las familias a diseñar planes disciplinarios más efectivos que les ayuden a mantener un comportamiento tranquilo y controlado.
“Es mejor comenzar con la premisa de recompensar el comportamiento positivo”, dijo el doctor Benjamin S. Siegel, MD, FAAP, coautor de la declaración. “Los padres pueden establecer reglas y expectativas por adelantado. La clave es ser coherente en el seguimiento con ellos” .
La AAP recomienda que los pediatras utilicen su influencia en las visitas al consultorio para ayudar a los padres para manejar la disciplina de sus hijos con estrategias apropiadas para su edad. También pueden recomendar a las familias recursos comunitarios para obtener ayuda más intensiva o específica.
La declaración de política de la AAP proporciona recursos educativos con los que médicos y los padres pueden aprender formas saludables de disciplina, como establecer límites, redirigir y establecer expectativas.
“No hay ningún beneficio para las nalgadas”, concluyó el doctor Sege. “Sabemos que los niños crecen y se desarrollan mejor con modelos de roles positivos y estableciendo límites saludables. Podemos hacerlo mejor.”
La AAP también se opone al castigo corporal en las escuelas, que se aborda en una declaración separada y publicada en 2000.