Choupette, la gata de Karl Lagerfeld que podría heredar su fortuna
Era la protegida del diseñador
Este martes, el mundo de la moda perdía a una de sus figuras más relevantes con el fallecimiento de Karl Lagerfeld, el legendario director creativo de Chanel. Una de las preguntas que plantea su desaparición, ahora que ya se ha confirmado que Virginie Viard -su colaboradora más cercana- se hará cargo de la dirección creativa de la casa francesa, es qué sucederá con su adorada gata Choupette.
La minina de raza birmana se había convertido en la niña de sus ojos en sus últimos años de vida y en varias ocasiones el carismático modisto había asegurado que estaba incluida en su testamento como su heredera apuntando con ironía que era toda una suerte que él fuera alemán, un país cuya legislación sí permite dejar dinero a un animal a través de una fundación, al contrario que en Francia, como recordaba ayer el periódico Le Monde.
Choupette se cruzó en el camino de Lagerfeld casi por casualidad: uno de sus protegidos y amigo íntimo, el modelo Baptiste Giabiconi, fue en realidad el primer dueño del precioso felino de pelaje blanco, pero cometió el error de confiarle su cuidado a una de las empleadas domésticas del diseñador mientras se ausentaba por unos días, y fue entonces cuando se produjo el flechazo.
“A su regreso, le dijimos que no le devolveríamos a Choupette. Baptiste se hizo con otro gato, que acabó poniéndose gordo, y Choupette se convirtió en el gato más famoso y rico del mundo”, aseguraba el diseñador al portal The Cut en 2015 para resumir la historia.
A partir de ese momento, Choupette pasó a contar con dos ‘niñeras’, Marjorie y Françoise, que se encargaban de cepillarla, aplicarle los productos para cuidar de sus ojos azules y mantenerla, en general, entretenida. Su famoso dueño habría comprado incluso una casa para la última de las dos mujeres con el objetivo de que pudiera hacerse cargo de Choupette con total tranquilidad “cuando él ya no estuviera”.
Ella sería, por tanto, una de las posibles nuevas dueñas de la mascota del conocido como káiser de la moda. La otra posibilidad de la que se hacen eco varios medios franceses como Voici es que Choupette regrese ahora a su propietario original, o que quede al cuidado incluso de Sébastien Jondeau, el guardaespaldas y asistente personal de Lagerfeld, o de Hudson Kroenig, el ahijado de once años del modisto e hijo de uno de sus maniquís favoritos, Brad Kroenig.
Se espera que todos ellos, incluida Virginie Viard, reciban al menos una parte de la fortuna del anciano. “Hay dinero para todos”, aclaraba él mismo menos de un año antes de su muerte.
Pero quien acabe heredando además la responsabilidad de ocuparse de Choupette, deberá manejar a un mismo tiempo la propia fortuna de la gata, que a través de sus contratos publicitarios -nunca de comida, porque su dueño la consideraba demasiado sofisticada para ese tipo de productos- llegó a generar $3 millones de dólares en un solo año.
“Me río de mí mismo [por el cariño que le tengo], pero eso no cambia nada y es muy agradable. No molesta a nadie ni le hace mal. Hay gente que se ocupa de Choupette cuando no estoy y todo eso. Tiene su propia pequeña fortuna, si algo me sucediera, será una heredera. La persona que se ocupe de ella no tendrá problemas de dinero. De los anuncios que ha hecho no he cogido nada, está guardado expresamente para ella. Choupette es rica”, revelaba Lagerfeld en el programa francés ‘Le Divan’.