¿Cuáles son los efectos físicos en nuestro cuerpo que delatan miedo?

El miedo es un estado psicológico y fisiológico con señales claramente visibles

miedo

Crédito: shutterstock

El miedo es una respuesta natural del cuerpo humano ante las amenazas del ambiente. Cuando tenemos miedo, reaccionamos a muchos niveles, incluyendo el fisiológico. Hoy mencionaremos algunos efectos físicos del miedo.

Señales físicas del miedo

Una vez visualizamos un elemento que nos atemoriza, el cuerpo experimenta una serie de cambios físicos iniciados a partir de la actividad fisiológica. Algunos de los efectos físicos del miedo son los siguientes:

  • Incremento de la adrenalina, debido al bombeo continuo de sangre en el corazón, para así transportar la hormona hacia las células.
  • La sangre fluye a los músculos mayores, especialmente a las piernas en pro de preparar la huida.
  • Dilatación de las pupilas para facilitar la entrada de luz en nuestros ojos.
  • Aumenta la glucosa, la presión arterial, la coagulación arterial y la actividad cerebral.
  • Sudoración, taquicardia, temblores.
  • Aumento del oxígeno en el organismo, que conlleva naturalmente un incremento de la respiración para una mayor energía.
  • El sistema inmunitario se detiene, al igual que todas las funciones no esenciales.
Pupilas dilatadas
Foto: Unplash

¿Dónde surge la respuesta al miedo?

La respuesta del miedo surge en la sección más primitiva de cerebro, conocido como sistema límbico o cerebro reptiliano. El cerebro reptiliano está especialmente configurado para resguardarnos en presencia de posibles peligros.

La función del cerebro reptiliano era especialmente importante hace algunos miles de años, cuando estábamos rodeados de depredadores que eran nuestros rivales, estas herramientas cerebrales fueron desarrollándose en pro de alcanzar la supervivencia.

Actualmente no estamos rodeados de tantos peligros como antes, pero sí podemos sentir temor por diferentes animales o situaciones específicas, ya sea racional o irracionalmente. Lo que significa que el cerebro reptiliano se activa para protegernos eventualmente.

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