Empleadas de clínica en Florida denuncian que les prohíben hablar en español
En Estados Unidos no existe ninguna ley que prohíba a las personas utilizar su idioma natal
ORLANDO, Florida – La alegada política en una clínica del Departamento de Salud de Florida en Haines City de prohibir el uso del español entre un grupo de empleadas puertorriqueñas constituye una seria violación de ley sobre todo por tratarse de un práctica que se estado llevando a cabo en una dependencia gubernamental, sostuvo hoy Anthony Suárez, presidente de la Clínica de Asistencia Legal de la Comunidad Puertorriqueña.
La situación hubiera sido diferente si el escenario fuese una empresa privada, dijo Suárez.
“Ese fue el caso de la repostería que se negó a preparar un bizcocho a una pareja homosexual y el tribunal falló a su favor. No los podían obligar por ser una entidad privada. Pero aquí se trata de algo serio, muy serio pues ocurre en una agencia pública y es la obligación del gobierno el defender a todos”, indicó el experimentado abogado puertorriqueño.
El letrado explicó que en Estados Unidos no existe ninguna ley que prohíba a las personas utilizar su idioma natal. “De hecho, es su derecho el utilizar su lenguaje. Sería ilegal prohibírselo”, indicó Suárez al declarar que la clínica de asistencia legal que preside está disponible para dar asistencia a las siete mujeres que denunciaron el asunto ayer a El Nuevo Día de forma exclusiva.
De hecho, este diario supo que organizaciones comunitarias se encuentran en proceso de evaluar el caso para intervenir en algún momento. Tal es el caso de la organización Latino Justice, quien encabezó y ganó un caso en los tribunales para que condados de Florida prepararan papeletas electorales en español, supo este diario.
El estado de Florida fue descubierto por el conquistador español Juan Ponce de León, quien la bautizó con ese nombre hispano porque la divisó el 27 de marzo de 1513, un domingo de Pascua Florida. Es un estado multicultural donde cohabitan personas de diversas nacionalidades, aunque se palpa un crecimiento exponencial en personas latinoamericanas, sobre todo puertorriqueños, venezolanos y brasileños.
Hoy, por segundo día, el Departamento de Salud del Condado de Polk ha postergado su reacción. Su portavoz de prensa, Nicole Riley dijo esta mañana que aún está a la espera que sus superiores revisen los comentarios al respecto.
Ayer, siete empleadas puertorriqueñas que laboran en esa clínica denunciaron que los supervisores les prohíben hablar español en todo momento y aseguraron haber sido perseguidas, hostigadas y hasta amenazadas con ser despedidas.
De hecho, una de ellas, Gloria Maunez, dijo que a pesar de llevar 15 años laborando allí y de haber tenido un puesto permanente, le cambiaron el turno a uno rotativo y cancelaron su permanencia.
“Me habían dicho que era una orden no hablar español y que si no lohacía sería insubordinación. Después de eso, fue que me cambiaron a un turno flotante bajo el cual me llaman cuando me necesitan, y eso me ha afectado pues tengo a un hijo muy enfermo que tengo que atender”, declaró.
Las entrevistadas, quienes hablaron con El Nuevo Día fuera de su horario laboral en un parque público, no pertenecen a ningún sindicato y al momento carecen de representación legal para llevar su queja a un foro judicial.
(Por José Javier Pérez)