Niños se convierten en traductores del español de migrantes africanos
“Comenzaron a juntarse con otros niños de Tapachula y así aprendieron pronto el español”
MEXICO.- Sebastian mira de frente a la cámara y corrige al interlocutor que lo filma: “No tengo cuatro años, tengo ocho”, dice. “Aprendí español andando con mexicanos y quiero decirle que no voy a la escuela y no tengo comida: me quiero ir a Estados Unidos”.
El pequeño angolés entrevistado por la organización Sin Fronteras tiene claro en español, francés y su lengua aborigen que quiere pedir asilo en Estados junto con su familia y alrededor de un millar de oriundos del continente africano que habían quedado varados en Tapachula en espera de que las autoridades mexicanas les permitieran pasar hacia su destino.
Hasta agosto pasado, a los inmigrantes indocumentados que desistían de pedir asilo en México el gobierno de este país entregaba un documento válido por 20 días para salir, sin embargo, el Instituto Nacional de Migración cambió las reglas y ahora condiciona la salida a la frontera sur para evitar que lleguen a EEUU.
Los afectados han hecho marchas, protestas y una caravana que intentaba llegar a la Ciudad de México, pero fue frenada el domino por la Guardia Nacional y mientras los adultos migrantes han hecho lo suyo, los niños aprovecharon el tiempo en el aprendizaje de la lengua local.
“Comenzaron a juntarse con otros niños de Tapachula y así aprendieron pronto el español”, detalla Irineo Mujica, integrante de SF. “Ahora son los traductores de sus padres”.
La variedad de idiomas es amplia entre el inglés, el francés, el portugués y lenguas originarias de Senegal, El Congo, Sierra Leona, Camerún y Sri Lanka. Para ellos, los hijos son un muleta en las traducciones.
––¿Qué quieren decirle al gobierno mexicano?––pregunta un reportero a un chico de 10 años de Camerún que viajó en la caravana del fin de semana.
––Migración no nos dejaba salir a las calles y por eso salimos: para la libertad de los migrantes.
Otro perfil para las traducciones son las señoras que aprendieron el castellno de las telenovelas como María, una activista congoleña quien reconoció ante medios de comunicación que cuando supo que tendría que atravesar toda Latinoamérica para llegar a EEUU (la ruta de tráfico en el continente inicia en Brasil), se puso a ver los culebrones mexicanos.
Así, entre lágrima y lágrima, tríos amorosos, intrigas de hombres y mujeres y los enredos entre ricos y pobres algo se le pegó del idioma de Cervantes y hoy es una de las voceras del movimiento que avanza con la Guardia Nacional pisándoles los talones.
“Mi español no es tan bueno, pero me entienden”, dijo.
Desde junio pasado, México se comprometió con el gobierno de Donald Trump a realizar esfuerzos sin precedentes para contener una escalada inédita debido al mensaje que dio el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador al arrancar su gobierno de que tendría políticas migratorias de puertas abiertas.
Así, el número de migrantes entre enero y mayo pasados se disparó casi 150%. Trump amenazó con imponer aranceles crecientes a las exportaciones mexicanas y, para evitarlo, AMLO desplegó 21,000 soldados para frenar a los indocumentados.