Los mexicanos se han vuelto a convertir en el rostro principal de la migración a través de la frontera sur de Estados Unidos, al superar en número a los centroamericanos, que representaban la mayoría en la caravana migrante del año pasado, y que provocaron que los arrestos en la frontera llegaran en mayo a su nivel más alto en 13 años.
Desde entonces, las detenciones fronterizas han disminuido a causa de las nuevas políticas de EEUU contra el asilo, pero los mexicanos están excluidos de dichas políticas, dado que se trata de un país colindante.
Un principio legal que impide que los países devuelvan a refugiados a países donde probablemente enfrentarán persecución ha excluido a los mexicanos de una política que entró en vigencia en enero, para hacer que los solicitantes de asilo aguarden en México mientras las cortes de inmigración de Estados Unidos analizan sus peticiones. También están exentos de una política implementada el mes pasado que niega asilo a cualquiera que viaje por otro país para llegar a la frontera estadounidense, sin haber solicitado asilo allí primero.
México recuperó en agosto la primera posición entre los países de los cuales proviene la gente que cruza la frontera ilegalmente o es detenida en los cruces oficiales, sobrepasando a Honduras, seguido por Guatemala y El Salvador, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) citadas por The Associated Press. En total, los migrantes en agosto fueron cerca de 50,000, mientras que en julio fueron 71,000.
Casi todos los cruces ilegales eran efectuados por mexicanos hasta la última década, cuando más personas de los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica decidieron escapar de la violencia y la pobreza.
Menos mexicanos están cruzando en comparación con las elevadas cifras alcanzadas en mayo, pero la reducción en el número de centroamericanos es mucho más aguda, por lo que los mexicanos son ahora la mayoría, según los datos de CBP. La cantidad de mexicanos arrestados o detenidos en la frontera disminuyó en un 8% de mayo a agosto, mientras que el número de guatemaltecos que la cruzaron se redujo un 80%, de hondureños, un 63%, y de salvadoreños, un 62% durante el mismo período.
La violencia en México, una de las posibles causas del cambio de tendencia
No queda claro con exactitud qué es lo que ha originado este cambio de tendencia, pero se supone que las nuevas políticas de EEUU y la violencia en México han sido factores.
Por ejemplo, Lizbeth García, de 33 años, huyó la semana pasada del estado de Michoacán, en el occidente de México, junto a su esposo y sus cinco hijos de entre 3 y 12 años de edad. Su marido, conductor de camiones, ya no pudo pagar las cuotas que grupos criminales exigían por cada cargamento. La familia decidió que era hora de irse cuando las bandas acudieron a su casa a cobrar.
Uno de los hechos más clamorosos de las últimas semanas fue la retirada del Gobierno mexicano después de intentar capturar a uno de los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán este jueves y de un encarnizado tiroteo con presuntos miembros de los cárteles en el que murieron al menos ocho personas.
“Dado el deterioro en la situación de seguridad en muchas partes de México, con niveles de homicidios que están superando incluso los elevados niveles récord de 2018, parece probable que más mexicanos estén abandonando sus poblaciones por temor y por la creciente sensación de que el gobierno mexicano, en todos los niveles, es incapaz o no está dispuesto a protegerlos”, dijo Maureen Meyer, directora para México y derechos de los inmigrantes en la Washington Office on Latin America, un grupo de investigación en derechos humanos.
Los grupos que viajan como familias representaron el 23% de todos los mexicanos arrestados o detenidos en la frontera sur en agosto, un cambio importante en comparación con oleadas migratorias previas en las que casi todos los mexicanos eran hombres solos, según cifras de la CBP. Otro cambio importante es que un 36% de los mexicanos se presentaron en los cruces fronterizos oficiales, la forma en que EEUU pide actuar cuando se desea solicitar asilo, a diferencia de épocas pasadas, en que casi todos intentaban cruzar ilegalmente.
El gobierno estadounidense tiene espacio limitado para detener a familias y, según un acuerdo judicial, debe liberarlas a más tardar en 20 días. En general, las familias que desean asilo han sido liberadas en Estados Unidos con un monitor electrónico de tobillo para el que se considera el líder familiar y una orden de presentarse en las cortes de inmigración, las cuales tienen un enorme número de casos atrasados y pueden tardar años en resolverlos.
Eso cambió para todos, salvo los mexicanos, con los nuevos límites estadounidenses al asilo y su política de hacer que los que desean obtenerlo aguarden en México, llamada oficialmente “Protocolos de protección al migrante” y coloquialmente “Permanecer en México”.
“Es un cambio bastante drástico respecto a lo que hemos estado observando en el último par de años”, dijo Guadalupe Correa Cabrera, profesora asociada en la Escuela Schar de Políticas y Gobierno en la Universidad George Mason. “Ahora se ha corrido la voz, y actualmente los mexicanos son los únicos que pueden solicitar asilo”.
Aun así, los mexicanos, al igual que los de otras nacionalidades, deben esperar en México, usualmente durante meses, para hacer sus solicitudes iniciales con sistemas de turnos creados el año pasado, porque EEUU procesa un número limitado de solicitudes cada día.
Un hombre que no quiso proporcionar su nombre indicó que se fue de Michoacán porque miembros de una pandilla le avisaron que obligaría a su hijo de 18 años a unirse a ellos. Él y otros migrantes que aguardan la resolución de sus casos en en un campamento de carpas en Ciudad Juárez, México, dijeron que hubo dos balaceras cerca de allí, una el miércoles y otra el martes de esta semana. Luego del primer tiroteo decidió trasladar a su familia a un cuarto de hotel, aunque dejó su carpa en la acera.
Editado por Francesco Rodella con información de AP