Los viajes del coco boricua

Es una tarea sencilla y que no demanda mucho esfuerzo: para enviar un coco a través del servicio postal -sí, un coco-, apenas se necesita comprar o conseguir el fruto tropical y escribir la dirección del destinatario en la superficie, para luego acudir al correo para enviarlo sin que se requiera un empaque, que muchas veces da trabajo.

El coco viaja a todas partes.

El coco viaja a todas partes. Crédito: ins

San Juan/INS – Es una tarea sencilla y que no demanda mucho esfuerzo: para enviar un coco a través del servicio postal -sí, un coco-, apenas se necesita comprar o conseguir el fruto tropical y escribir la dirección del destinatario en la superficie, para luego acudir al correo para enviarlo sin que se requiera un empaque, que muchas veces da trabajo.

El Servicio Postal de EEUU recibe cada año miles de cocos que son enviados a distintos puntos de EEUU y solo desde Hawaii se mandan cerca de tres mil.

Y es que el coco no necesita empaque y puede transportar el encanto del país, en este caso de Puerto Rico, donde se consume a diario y masivamente, ya que se puede hallar en cualquier punto de la isla.

Puede parecer sorprendente, pero mandar uno de estos frutos, que existe hace millones de años gracias a que pudo transportarse de una isla a otra a través del mar gracias a su resistente cáscara y flotabilidad, es permitido por el Servicio Postal.

Según Martín Caballero, gerente de mercadeo del Servicio Postal de Estados Unidos en la isla, “lo que aplica a EEUU también rige a Puerto Rico. Es la misma normativa en términos de enviar comestibles. La única limitación es que no sea un artículo perecedero”.

El funcionario señala que “de ser un artículo perecedero, es necesario que tenga un empaque apropiado y que dure un tiempo prolongado”.

“Con el coco no existe una limitación específica, ya que el casco sirve de empaque. Aquí lo importante es que las etiquetas que se le coloquen no se desprendan del coco”, indica Caballero.

Para los interesados, solo basta llegar con el coco a la ventanilla, tras lo cual el empleado del Servicio Postal -seguramente pondrá cara de sorpresa- lo medirá y, mucho más importante, lo pesará.

Y es que sobre todo el peso determinará el precio: el costo puede alcanzar los 20 dólares, pese a que el coco cuesta apenas un dólar… Sí, será el coco más caro de la historia.

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