Sostienen que ‘Stop and Frisk’ es racista
Además no ha resultado muy efectiva para incautar armas ilegales dice NYCLU.
NUEVA YORK – La Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU) ha elaborado un informe para demostrar que la práctica de “Stop and Frisk” (Parar y revisar) de la Policía, además de posiblemente racista, no ha resultado muy efectiva para incautar armas ilegales.
El reporte está basado en un análisis que ha sido realizado sobre los datos dados a conocer recientemente por el propio Departamento de Policía, que revelaban que el número de personas detenidas y cacheadas se había elevado a 685,724 en 2011, un 600% más que en el primer año del alcalde Michael Bloomberg en el ayuntamiento.
“Los propios datos de la NYPD echan por tierra las justificaciones de la administración Bloomberg para el Stop and Frisk”, dijo Donna Lieberman, directora ejecutiva de la NYCLU.
“Contrariamente a lo que han defendido el alcalde y el comisionado de la policía, el número de detenciones ha hecho poco por sacar las armas de las calles. Lo único que ha hecho es violar los derechos constitucionales de millones de personas y erosionar la confianza que las comunidades de color tienen en la Policía”, agregó.
La NYCLU, junto a la Unión de Comunidades por una Reforma en la Policía, están trabajando en una serie de propuestas de ley con el Concejo Municipal para clarificar la definición de discriminación, asegurar que los neoyorquinos comprendan su derecho a no consentir registros cuando no exista causa probable u orden judicial, y para que los agentes de policía tengan que identificarse cuando realizan un cacheo o cualquier otra actividad policial.
El defensor del pueblo, Bill de Blasio, también lanzó ayer su propia campaña para reformar la práctica de “Stop and Frisk”, que comienza con una petición al alcalde Bloomberg para que reduzca mediante una orden ejecutiva el número de detenciones injustificadas.
“Stop and Frisk es un herramienta policial válida, pero está siendo utilizada incorrectamente miles de veces al día”, declaró ayer De Blasio. “Cada detención injustificada abre una brecha mayor entre la Policía y las comunidades que deben proteger, haciendo la ciudad menos segura”.
El defensor del pueblo propone, entre otras cosas, que los oficiales al mando de cada precinto policial tengan que responder y responsabilizarse ante cada detención, para así evitar abusos.
David Couper, que fue jefe de policía durante 20 años en el departamento de Madison, Wisconsin, y que recientemente ha publicado un libro con recomendaciones sobre cómo mejorar a la Policía en Estados Unidos, considera que la solución al “Stop and Frisk” en Nueva York es mucho más sencilla.
“La práctica en sí misma de detener y cachear a sospechosos puede no ser incorrecta, pero sí la manera en la que se está llevando a cabo”, considera Couper. “Se puede y debe registrar a una persona con cortesía, civismo y sin destruir su dignidad. Un cacheo indigno convierte a ciudadanos honestos en enemigos de la Policía, y eso es lo que creo que está pasando en Nueva York”.