El profesor a examen
Un juez de Los Ángeles decidió incluir el nivel académico de los estudiantes en la evaluación de los profesores y las manifestaciones de alegría no se hicieron esperar.
“Estoy muy complacido”, dijo John Deasy, superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD). “La calidad de los maestros es crítica para el éxito académico”.
El sindicato de maestros (UTLA) que hasta ayer decía no a la evaluación se mostró positivo con la decisión.
Es importante mencionar que la resistencia de los profesores al enlace mencionado no equivale a una oposición ante cualquier forma de evaluación docente, ni mucho menos a una falta de compromiso con la calidad educativa, como han insistido los promotores de ese tipo de políticas: Villaraigosa/Deasy
Por el contrario, la razón principal de ese rechazo pasa por la convicción de que el programa de escrutinio amenaza la estabilidad y los derechos laborales de los trabajadores de la educación; los pone en riesgo de pagar, incluso con el despido, por las deficiencias estructurales que acusa el distrito en el ámbito de la enseñanza y no constituye, para colmo, un mecanismo eficaz para identificar y corregir tales rezagos.
No es gratuito que en el Distrito persistan al día de hoy graves rezagos educativos y un descontento generalizado por parte de los profesores por la aplicación de una política educativa a todas luces fallida.
Debe recordarse que el programa de evaluación docente -que se basa en la aplicación de exámenes estandarizados a los profesores y a los alumnos, constituye uno de los pilares del slogan Race to the Top (¡Compita por el primer lugar!) de Obama, que consiste en dar dinero extra a los Estados si, entre otras cosas, miden la eficacia de los docentes por medio de exámenes externos a sus alumnos; los malos resultados pueden acabar en despidos.
Este enfoque empresarial para promover la reforma del sistema de educación forma parte de un debate nacional en el que los “reformadores” en el poder han declarado que el sistema de educación pública es un fracaso, porque hay tantos maestros “malos” protegidos por sindicatos demasiado poderosos, que se tienen que crear alternativas (¿escuelas charter?) para ofrecer mejores opciones a las familias.
El acento puesto por la administración Obama en la evaluación empujó a los estados a modificar su legislación. Los estados eligen si se someten a ese programa, que contiene subsidios de 4.350 millones de dólares.
Uno de los últimos estados en hacerlo ha sido Nueva York. Su gobernador, el demócrata Andrew Cuomo, pidió al consejo rector de Educación que en el proceso de evaluación de los maestros, entre el 20% y el 40% obedezca a las notas de sus alumnos en exámenes unificados a nivel estatal y federal. Además, ese consejo ha diseñado decenas de pruebas estatales que se añadirán a las que ya existen de matemáticas, lengua y conocimientos generales. Los profesores que no logren mejoras y sean considerados ineficaces en dos cursos seguidos pueden ser despedidos.
En la edición del año pasado, los estados ganadores fueron 11. Nueva York, que estaba entre ellos, recibió junto con Florida el mayor premio (700 millones de dólares) y ahora somete a sus profesores a mayor presión para mantener esas buenas notas ante el Gobierno federal. Para ello ha diseñado todo un sistema de exámenes unificados a aplicar a todos los colegios e institutos que sirvan de barómetro para evaluar a los docentes a través de los resultados de sus estudiantes.
La medida provocó la primera revuelta de directores de colegio de la que se tiene constancia en el país. De los 4,500 directores registrados en Nueva York, más de mil firmaron una carta abierta que contiene argumentos en contra de ese método de evaluación de docentes. “Nosotros, los directores de las escuelas del Estado de Nueva York, llegamos a la conclusión de que [el sistema propuesto] no será más que un desperdicio de unos recursos que cada vez son más limitados. Más importante aún, desmoralizará a los educadores y será perjudicial para los niños a los que guiamos. Nuestros estudiantes son más que la suma de los resultados de sus exámenes, y poner un énfasis excesivo en las notas no se traducirá en un mejor aprendizaje”, se dice en la misiva, redactada por Sean C. Feeney, presidente de la Asociación de Presidentes de Escuela del Condado de Nassau, y Carol C. Burris, directora del instituto South Side.
Para la próxima tercera ronda del programa Race to the Top existen 400 millones de dólares disponibles para los distritos escolares, cuyo acceso hasta ahora había sido limitado únicamente a los estados. El LAUSD se encuentra ya trabajando en la aplicación y “Creo que estamos en una posición competitiva para ganar”, aseguró Deasy? ¿Ahora quién podrá defendernos?