El Concejo escucha a inmigrantes de NYC para ayudarlos luego de ser excluidos del alivio federal por COVID-19
En medio de la posibilidad de una segunda ola de contagios, los concejales exhortan a la Asamblea Estatal, al Congreso y al Gobierno federal a lanzar un "salvavidas" a trabajadores esenciales
El repartidor de comida guatemalteco William Asian, es apenas un rostro visible de centenares de inmigrantes neoyorquinos para quienes el COVID-19 sigue teniendo un efecto demoledor. Este miércoles, la voz de este centroamericano se escuchó en voz alta en una audiencia virtual del Comité de Inmigración del Concejo de la ciudad de Nueva York, que analiza e impulsa vías de alivio para quienes fueron echados a un lado de todos los planes de ayuda pandémica.
“Emigré a la Gran Manzana en 2011 a buscar un mejor futuro. Fui uno de los miles de trabajadores esenciales que nos dedicamos a pesar de los riesgos a repartir comida. Yo no tuve opción de quedarme en cuarentena. Mucho más aún cuando perdí mi trabajo en el restaurante en donde trabajaba”, relató William.
Al toparse de frente con la realidad de no tener un centavo en su bolsillo, encontró en las aplicaciones digitales “de pedido” de comida, muy demandadas en tiempos de la pandemia, un camino para sobrevivir. Esa opción, asegura, le hizo chocar con el otro costado amargo para la clase trabajadora: la explotación laboral.
“En estas aplicaciones tecnológicas tienes que trabajar hasta 50 horas, para poder ganar $400 dólares. Nos roban nuestras propinas, sin poder reclamar. Te bloquean cada vez que un cliente hace un comentario negativo. Nosotros tenemos que invertir en la bicicleta y en mecanismos de protección ante el virus”, detalló el inmigrante que hoy es activista del Proyecto de Justicia Laboral y clama por alguna “medida de respiro” para la clase trabajadora que representa.
El testimonio de William ilustró una vivencia que se multiplica exponencialmente a seis meses de pandemia, en todos los rincones de los cinco condados de Nueva York, y que está impulsando a legisladores locales a buscar opciones para evitar ante una posible segunda ola de infecciones, que 3,1 millones de inmigrantes de la ciudad sigan recibiendo el mayor peso de esta crisis.
!Paren las deportaciones!
En esta dirección, el concejal de Brooklyn, Carlos Menchaca presidente de la Comisión de Inmigración de la cámara municipal, anunció la aprobación de seis resoluciones, una de ellas exhorta a la Asamblea y el Senado de Nueva York a que permitan que agencias estatales y municipales expandan algunos beneficios públicos, sin importar el estatus migratorio.
Las peticiones también apoyadas por el concejal Francisco Moya, incluyen solicitar al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que ponga freno a los planes de deportación. Otra resolución solicita al Congreso que apruebe una ley que permita a los titulares de permisos de trabajo, mantener su estatus legal, después de la pérdida del empleo, si su labor estuvo relacionada con la pandemia.
“Las palabras de estos inmigrantes las escuchamos con mucho detenimiento y en un momento en el cual se requiere una respuesta rápida y justa, para quienes de manera desproporcionada han sufrido los efectos de esta crisis, sin recibir ningún tipo de alivio”, refirió Menchaca.
Se agrava el abuso laboral
Por su parte, el mexicano Inok Evangelista también fue escuchado en esta audiencia ‘on line’ en donde describió un patrón persistente de discriminación y abuso laboral, que algunas organizaciones han señalado se ha agudizado en los últimos meses en la Gran Manzana.
“Desde que llegó la pandemia solo me pagaron la última semana en el restaurant donde trabajaba. He tenido que recurrir a centros de ayuda para sobrevivir. Trabajo como repartidor de comida desde que amanece hasta que oscurece. Solo para poder comer. Me han discriminado por ser mexicano y no saber inglés. Ojalá que mis palabras sirvan para avanzar en algún beneficio”, dijo Evangelista.
El jornalero Jesús Benevidez detalló como la mayoría de sus compañeros “nunca dejaron de hacer frente a la crisis” y sin embargo existe todo un historial de abusos en el pago de salarios.
“Nos arriesgamos, perdimos por el virus a muchos de nuestros trabajadores y no hubo ayuda de ningún tipo”, comentó Jesús.
Asimismo, Bitta Mostofi, comisionada de Asuntos Migratorios de la Oficina del Alcalde (MOIA) compareció a la sesión concluyendo que durante los meses de la “tragedia” causada a la fuerza laboral inmigrante, esa agencia mantuvo conexión permanente con organizaciones de base comunitaria, para dentro de las posibilidades de la Ciudad contribuir al bienestar de los inmigrantes, independientemente de su situación migratorial legal.
“Garantizamos recursos para atención médico gratuita, apoyo nutricional y políticas de prevención en 25 idiomas, Dentro de nuestro rango de acción fuimos un soporte para nuestras familias que son parte de la riqueza de Nueva York. A la par, el gobierno federal les da la espalda”, subrayó la funcionaria.
Las seis resoluciones:
- Solicitud a la Legislatura del estado de Nueva York que apruebe las leyes A10433 / S5167, que permitiría a las agencias estatales, municipios y autoridades proporcionar beneficios públicos estatales o locales independientemente del estado migratorio.
- Resolución que pide al Departamento de Justicia que emita una guía que establezca protocolos para la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración, en tiempos de crisis de salud pública, como el brote de COVID-19.
- Resolución que pide al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que detenga todos los procedimientos de deportación, mientras dure la pandemia de COVID-19.
- Petición al Congreso para que apruebe una legislación que permitiría a los titulares de un permiso de trabajo mantener su estatus, después de la pérdida del empleo, si su labor estaba vinculada con la pandemia.
- Resolución que solicita al DHS que coloque una moratoria de deportación para los titulares de un estatus laboral que sufrieron una pérdida de empleo durante o debido a la pandemia de COVID-19.
- Resolución que pide al Congreso que apruebe un alivio migratorio a los familiares de trabajadores de primera línea que falleció debido al coronavirus.