Qué sucede en el cuerpo al comer miel
Cuando se trata de salud las propiedades de la miel son bastante dulces. Su consumo mesurado se asocia con grandes propiedades digestivas, intestinales, antiinflamatorias y es una magnífica fuente de energía
La miel es un producto natural alimentario que es producido por las abejas del genero Apis Mellifera. Se trata de una sustancia viscosa, amarillenta y muy dulce que resulta una gran fuente de energía y de variados nutrientes. Brilla por sus propiedades terapéuticas, es versátil, reconfortante e inmensamente satisfactoria. En los últimos meses diversas tendencias de nutrición y bienestar han hablado mucho sobre los efectos secundarios de un excesivo consumo de azúcares y la miel ha sido sujeta a varios cuestionamientos. Sin embargo es importante recordar que no todas las fuentes de azúcar son iguales y en el caso específico de la miel, su consumo mesurado se asocia con beneficios digestivos, intestinales, es un buen aliado contra la inflamación, estimula al sistema inmunológico, optimiza la perdida de peso y en algunos casos también puede alterar la glucosa en sangre.
Lo cierto es que la miel está pasando por un momento candente, sobre todo teniendo en cuenta que es una maravillosa alternativa natural y nutritiva para suplir el consumo de los tan nocivos azúcares añadidos que están en todo tipo de productos de consumo cotidiano. De tal modo que la miel es una grandiosa adición dietética, que se puede añadir en todo tipo de alimentos como en la avena matutina, en el té de la tarde y en numerosos postres caseros. La miel se ve con frecuencia como una forma saludable de satisfacer su gusto por lo dulce sin recurrir a alimentos endulzados con azúcar blanca o jarabe de maíz con alto contenido de fructosa ¡Maravilloso!
De hecho existe un dato muy relevante entorno a su consumo, según la National Honey Board, el estadounidense promedio consume aproximadamente 1.3 libras de miel cada año. Dependiendo de la variedad de las flores y del tipo de colmena, la miel ofrece más de sesenta sustancias diferentes, entre las que se destacan los azúcares, ácidos orgánicos (cítrico, láctico, fosfórico), vitaminas (C, B1, B2, B3, B5), ácido fólico, minerales (fósforo, calcio, magnesio, silicio, hierro, manganeso, yodo, zinc, oro y plata), aminoácidos esenciales, esteroles, fosfolipidos, falvonoides, polifenoles y enzimas. Debido a su única composición nutricional la miel es un alimento completo, lleno de energía y bueno para todos. Potencia el rendimiento físico y mental, y se asocia con efectos positivos, descubre lo que sucede en el cuerpo al consumirla ¡Te sorprenderás!
1. Mejora la salud intestinal
Actualmente sabemos que la salud intestinal se relaciona directamente con el buen funcionamiento de todo el organismo y de manera más específica del sistema inmunológico. Para quienes están interesados en mejorar su salud intestinal, la miel puede ser la forma más dulce de lograrlo y la razón es simple: la miel es un poderoso antibacteriano natural, especialmente en su forma cruda. Esto la convierte en una excelente adición a la dieta de cualquier persona que sufra de problemas gastrointestinales, intoxicación alimentaria o simplemente desee prevenir posibles problemas intestinales. Según un artículo publicado en el año 2011 en el Asian Pacific Journal of Tropical Biomedicine: “La miel es particularmente eficaz en tres de las cepas bacterianas más comunes, E. coli, Salmonella enterica y Staphylococcus aureus”.
2. El riesgo de cáncer puede disminuir
Probablemente te resulte sorprendente pero uno de los efectos más sorprendentes de comer miel, es su efecto protector contra ciertos tipos de cáncer. Y la buena noticia es que existe mucha referencia científica que lo respalda, tal es el caso de una revisión que se realizó de una investigación publicada en Complementary and Alternative Medicine, en la cual basado en evidencia se comprueba que la miel tiene la capacidad de inducir la apoptosis, o muerte celular, en el seno humano, células cancerosas de colon y cuello uterino. El contenido de antioxidantes de la miel también interviene de manera muy positiva en sus propiedades para protegernos contra ciertos tipos de cáncer.
3. Disminuye la inflamación
Es bien sabido que la inflamación es una respuesta natural de un sistema inmunológico sano, sin embargo cuando se vuelve crónica es importante atenderlo. Este tipo de inflamación crónica es aquella que permanece por un largo período de tiempo (y en muchas ocasiones en silencio) y suele relacionarse directamente con el desarrollo de enfermedades degenerativas. Entre las cuales se destacan condiciones como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, diabetes, cáncer y enfermedad del hígado graso. La buena noticia es que la miel contiene antioxidantes naturales que ayudan a combatir la inflamación en el cuerpo y prevenir el daño celular. Como referencia al margen, se cuenta con un estudio de 2012 publicado en la revista Innate Immunity en el cual se encontró que la miel autóctona producida en Nueva Zelanda es un producto muy poderoso que presenta “actividad antiinflamatoria clínicamente relevante”.
4. El azúcar en sangre puede aumentar
Claro está que la miel no tiene comparación alguna ni la misma reputación que otros endulcorantes, sin embargo puede tener efectos similares sobre el azúcar en la sangre. Si bien existen pequeñas diferencias en sus estructuras químicas, el cuerpo maneja prácticamente todos los tipos de azúcar de la misma manera: la descompone y la usa para obtener energía o la almacena como grasa. De tal modo que es un producto que las personas que sufren alteraciones en los niveles de azúcar, prediabtes y diabetes, deben tener especial cuidado. Los especialistas señalan que la miel puede causar un aumento importante de azúcar en la sangre si se come sola, pero al combinar la miel con otros alimentos puede ayudar a disminuir este efecto. De esta manera el nivel de azúcar en sangre aumentará, pero no sucederá tan rápido ni subirá tan alto como al consumir la miel por sí sola.
5. Más energía, mejor rendimiento
La miel es un alimento muy energético y nutritivo. Favorece la producción de energía por su gran aporte en azúcares, entre un 75-80%, de los cuales el 70% son glucosa y fructosa, dos monosacáridos que se absorben con rapidez en la mucosa intestinal y que proporcionan energía en pocos minutos. En conjunto con su riqueza en macro y micronutrientes, es un alimento ideal para aquellas personas que sufren de fatiga crónica, anemia o que se encuentran en alguna recuperación por enfermedad. La miel es perfecta para recobrar la vitalidad y a la vez es un buen complemento para mejorar el rendimiento físico y mental. Es ideal para consumir previo a la actividad física o antes de presentar algún examen.
6. Combate gripes y resfriados
La densidad de nutrientes y compuestos orgánicos de la miel, la vuelven el complemento perfecto para fortalecer al sistema inmune, prevenir y combatir resfriados. Sin embargo también es un poderoso tratamiento para cuando ya estamos con la gripe, según un metanálisis de 2020 publicado en BMJ Evidence-Based Medicine, la miel proporcionó un mayor alivio para las infecciones del tracto respiratorio superior que los tratamientos tradicionales. A estos grandes beneficios tenemos también que sumar su poder antibacteriano y antiinflamatorio, que crean la combinación perfecta para hacer frente ante el ataque de agentes patógenos que causan enfermedades e infecciones.
—
Te puede interesar: