Por qué el precio de los alimentos a nivel global aumentó a su mayor nivel en más de una década
La ONU informó que los precios de los alimentos aumentaron casi un 40% en mayo en comparación con el mismo mes del año pasado, el mayor incremento en una década.
Los precios de los alimentos aumentan y crecen los temores sobre la recuperación económica global en un mundo golpeado por la pandemia.
Según el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estos subieron a su tasa mensual más rápida en más de una década.
También los precios registraron un incremento durante 12 meses seguidos, para alcanzar su valor más alto desde septiembre de 2011.
El índice de precios de los alimentos de la ONU rastrea cuánto pagarían los consumidores en todo el mundo en promedio por una canasta de alimentos básicos cotidianos.
Estos incluyen cereales, semillas oleaginosas, productos lácteos, carne y azúcar.
¿Por qué aumentan los precios?
Los cinco componentes del índice subieron, impulsados por el aumento del costo de los aceites vegetales, los cereales y el azúcar.
Según el índice, los precios de los alimentos en mayo fueron un 4,8% más caros que en abril, el mayor aumento mensual desde octubre de 2010, y un 39,7% más altos que el mismo mes de 2020.
Como era de esperar, el aumento está relacionado a la pandemia.
Los proveedores se han visto afectados por interrupciones en la producción, la mano de obra y el transporte.
Y mientras tanto, la demanda de alimentos está creciendo.
Los expertos habían advertido que la alta demanda y la baja producción conducirían a un aumento de la inflación a medida que las economías salieran de las restricciones impuestas por la pandemia.
Sin embargo, algunas industrias podrían experimentar una fuerte recuperación.
La FAO prevé una producción mundial récord de cereales este año, lo que puede ayudar a aliviar las presiones alcistas de los precios.
¿Por qué preocupa la inflación?
La inflación es la tasa a la que aumentan los precios de los bienes y servicios.
Además de mostrar una imagen instantánea del precio de las compras y servicios, influye en las tasas de interés y por tanto en las hipotecas y en otros precios regulados, como los pasajes de tren, por ejemplo.
Se trata de una de las medidas clave del bienestar financiero, porque afecta lo que los consumidores pueden comprar por su dinero. Si hay inflación, el dinero no alcanza.
Sin embargo, un poco de inflación suele animar a las personas a comprar productos antes y facilita que las empresas aumenten los salarios. Y ambas cosas impulsan el crecimiento económico.
La mayoría de los bancos centrales de los países tienen un objetivo de inflación de entre el 2% y el 2,5%.
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