El impacto que tendrá la donación que anunció Estados Unidos de 500 millones de vacunas contra el COVID-19
El presidente Joe Biden subrayó que la promesa de su gobierno de donar 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech tiene como único objetivo salvar vidas. Pero ¿será suficiente?
Estados Unidos donará 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el coronavirus en un momento en que muchos de los países más pobres tienen problemas para inmunizar a sus poblaciones.
“Tenemos que terminar con la COVID-19, no solo en casa, algo que estamos haciendo, sino en todas partes”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el marco de la cumbre del G-7 en Reino Unido.
Este jueves, el mandatario subrayó que la acción de su gobierno no conlleva contrapartidas ni exigencias.
“Nuestra donación de vacunas no incluye presiones para obtener favores o concesiones. Lo estamos haciendo para salvar vidas, para acabar con esta pandemia. Eso es todo. Punto”.
Parece una cantidad muy grande, pero ¿qué impacto tendrá?
¿Qué ha prometido Estados Unidos?
El gobierno de Estados Unidos acordó comprar 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech a un precio “no lucrativo”.
Los detalles no se conocen al completo, pero se entiende que 200 millones de dosis se distribuirán de aquí a finales de año, y los otros 300 millones para junio de 2022.
Se suministrarán a los países a través de Covax, una iniciativa global lanzada en abril de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fundación GAVI y la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI), que tiene como objetivo vacunar al 20% más vulnerable de cada país en el mundo.
También participará un programa de vacunación gestionado por la Unión Africana.
Estados Unidos ya se había comprometido a donar 80 millones de dosis a otros países y esta última donación es significativamente más grande que las prometidas por otros países.
La directora para África de la OMS, Matshidiso Moeti, expresó que la donación estadounidense es “un monumental paso adelante”.
Otros países del G-7 (conformado por Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido) han empezado a donar más dosis.
En una cumbre de principios de junio, albergada por la Alianza Global para la Vacunación e Inmunización (GAVI), se anunció que hasta ese momento varios países habían compartido más de 132 millones de dosis.
Esto incluía más de 54 millones de dosis disponibles para su reparto a corto plazo donadas por Bélgica, Dinamarca y Japón, así como suministros adicionales de España y Suecia.
Y algunos países que encargaron grandes cantidades de la vacuna -como Reino Unido y Canadá- todavía tienen que aclarar si donarán algunas de estas dosis a otros países.
¿Son suficientes las donaciones?
La escala del desafío es enorme, y las vacunas se necesitan de inmediato.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló: “Para vacunar al menos al 10% de la población en todos los países de aquí a septiembre, necesitamos 250 millones de dosis adicionales“.
Precisó que 100 millones de esas dosis se necesitan en junio y julio.
“Compartir las vacunas ahora es esencial para poner fin a la fase aguda de la pandemia”, explicó.
En febrero de 2021, se habían asegurado 1,300 millones de dosis para su reparto este año a países más pobres y se esperaba su distribución en los meses siguientes.
El objetivo original de Covax era repartir 2,000 millones de dosis por todo el mundo para finales de este año, pero ahora la meta es hacer llegar 1,800 millones de dosis a 92 países de menos recursos para principios de 2022.
Un experto en vacunas, el profesor Peter Hotez de la Facultad de Medicina Baylor en Estados Unidos, describió el reto en un tuit: “Necesitamos desesperadamente que el liderazgo estadounidense asuma este desafío”.
Todos estos compromisos están lejos de los 11,000 millones de dosis que la OMS estima que se necesitan para vacunar a todo el mundo y alcanzar el 70%, el punto en el que la transmisión del virus se puede ver significativamente afectada.
“El mundo necesita un nuevo esfuerzo de fabricación urgente para producir miles de millones de dosis en un año, no solo compromisos para comprar el insuficiente suministro planeado”, tuiteó Peter Maybarduk, director del programa de acceso global a medicamentos de la organización Public Citizen.
¿Cuáles han sido los impedimentos a la distribución de vacunas?
Uno de los principales desafíos ha sido el reparto de las vacunas.
A 8 de junio, Covax había enviado solamente 81 millones de dosis a 129 países participantes en el sistema internacional.
Esto contrasta con los más de 300 millones de dosis repartidas solo entre la población de Estados Unidos, lo que significa que otras partes del mundo que dependen de Covax están muy atrasadas.
El sistema Covax se sustenta en gran parte en la vacuna de Oxford-AstraZeneca producida en India.
Sin embargo, los suministros se vieron fuertemente afectados en marzo, abril y mayo después de que India detuviera todas las grandes exportaciones de la vacuna cuando fue golpeada por una enorme segunda oleada de COVID-19.
Un total de 1,100 millones de dosis de Covishield (AstraZeneca) fueron encargadas al mayor fabricante de India: el Instituto Serum de India (SII, por sus siglas en inglés).
Hasta este 10 de junio, la empresa ha suministrado tan solo 30 millones de dosis a Covax, con casi 190 millones de dosis retenidas mientras se esfuerza en redoblar la producción.
El SII dice que las exportaciones solo se retomarán a finales de año y que la empresa se está centrando en satisfacer las propias necesidades de India.
También ha habido un problema en algunos países con el lento uso y distribución de las vacunas ya recibidas, con algunas naciones africanas incapaces de administrar las dosis antes de que caduquen.
“Si bien es vital tener más vacunas, algunos países de África deben reforzar su trabajo para distribuir rápidamente las dosis que ya tienen”, dijo la OMS.
La donación de vacunas de Pfizer-BioNTech por parte de EE.UU. puede servir para abordar la demanda a largo plazo, pero en el corto plazo, es probable que el suministro y los problemas logísticos sigan siendo un obstáculo.
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