Denuncian ‘animosidad’
ACLU critica las leyes para detener a la gente 'por su apariencia o acento'
MIAMI, Florida (EFE). El director ejecutivo de la Unión de Libertades Civiles (ACLU) en Florida, Howard Simon, denunció ayer la “demonización y animosidad” contra la comunidad inmigrante que existe en Estados Unidos y criticó las leyes que permiten detener a gente “por su apariencia o acento”.
En declaraciones a Efe, Simon argumentó que existe una clara “demonización y animosidad” contra la comunidad inmigrante radicada en este país, azuzada por personas que intentan obtener un rédito político presentando a los inmigrantes como una carga y una amenaza.
En ese contexto discriminatorio, subrayó, los inmigrantes supuestamente “se aprovechan de las escuelas públicas y los servicios sociales” y su presencia “afecta de forma negativa a la economía” estadounidense.
“Nada de esto es verdad”, enfatizó igualmente el activista durante un acto organizado en Miami por ACLU, la Asociación de Periodistas Hispanos de Florida y el Club de Prensa Internacional de Miami.
El máximo responsable de ACLU en Florida desde 1997 explicó que este tipo de políticas y etiquetas negativas colgadas a los inmigrantes se traducen en la entrega de un “poder excesivo a la policía”, que puede “detener a la gente por su apariencia o acento”, lo que supone una discriminación por el perfil racial.
Simon denunció también que cada vez se detectan “más impedimentos” en este país para ejercer el derecho al voto, un valor fundamental de la democracia.
Por todo ello, cargó con dureza contra el gobernador de Florida, Rick Scott, y sus políticas legislativas, “las más hostiles contra los derechos humanos, civiles y las libertades que yo recuerde”.
“Todo lo que Scott y la política de los legisladores de Florida han hecho contra los inmigrantes, la vida de las mujeres, el derecho a votar y a la privacidad”, es de una “hostilidad” sin precedente, insistió el director de la filial de la ACLU con sede en Miami, fundada en 1965.
Mencionó el intento fallido de Scott de aplicar una nueva ley que obliga a someter a pruebas de detección de drogas a los empleados públicos y a quienes quieren recibir ayudas públicas. Ese proyecto fue bloqueado por una orden judicial.
“Ninguna otra legislación y gobierno pasados [en Florida], ya fuese bajo los gobernadores Charlie Crist, Jeb Bush u otros, ha sido tan hostil a los derechos humanos y civiles, y de la mujer”, destacó.
En ese sentido, celebró que Florida se salvara en 2011 de tener una ley de inmigración que criminalizaba a los indocumentados, luego de que los congresistas no lograran alcanzar un acuerdo para someterla a votación en el último período de la sesión legislativa.
El director ejecutivo de ACLU, Anthony Romero, recordó en un vídeo proyectado en ese mismo acto que los “ataques a los inmigrantes hispanos y asiáticos” menudean en Estados Unidos, donde se ha creado un “clima xenofóbico”, con leyes que criminalizan a los inmigrantes en estados como Texas, Arizona o incluso Florida.
Para Simon, “si no existiera la ACLU [organización no lucrativa fundada en 1920], habría que inventarla”, ya que ha demostrado su eficacia y compromiso en la defensa de las libertades y derechos individuales.
Simon hizo recuento de los desafíos y retos que afronta la ACLU, entre otros, la lucha por acabar con “las restricciones sobre el registro de votantes”, la limitación del “numero de días de votación anticipada y la sistemática purga de votantes registrados” en Florida, así como las “acusaciones infundadas de fraude” para “suprimir votantes”.
Ronald Bilbao, directivo y coordinador de la ACLU, y Carolina González, activista y portavoz de la misma organización, resaltaron la importante labor de esta entidad en casos recientes como la victoria legal obtenida contra la ley HB1355, que “restringía los derechos de los votantes” en Florida.
Se refirieron también a la demanda interpuesta para detener la “incorrecta e ilegal purga de votantes” en Florida, que afectaba especialmente a los hispanos y que es, dijeron, una “violación de los derechos de la persona para votar”.
La ACLU sólo responde a una misión, apostilló Simon: “defender valores tradicionales estadounidenses” como la “tolerancia, la diversidad, la igualdad y la justicia”, así como asegurar que quienes viven en este país “disfrutan de igual protección de la Declaración de Derechos”.