La urna se abrió durante entierro de abuela en Nueva York: jueza valida demanda de familia hispana contra el cementerio
Dos hermanos demandaron a un cementerio de Brooklyn por el mal manejo de la urna de su madre. Una jueza validó el caso y ahora un jurado de El Bronx decidirá cuánto deben pagarles para compensarlos "por sus daños emocionales”
Una familia hispana que demandó a un cementerio de Brooklyn (NYC) por el entierro fallido del ataúd de su madre obtuvo una victoria legal cuando una jueza de El Bronx dictaminó que ese establecimiento era responsable en el caso.
La jueza Mary Ann Briganti otorgó el lunes el juicio sumario solicitado por José Semidey y Awilda Rivera, cuya familia vio con horror en junio pasado cómo los trabajadores del cementerio “The Evergreens” intentaban forzar el ataúd de su madre en una tumba que fue cavada demasiado pequeña, según la demanda, citada por New York Post.
La urna, que contenía los restos de Claribel Oppenheimer, de 79 años, quedó atascada en la tumba cavada y se abrió frente a 35 dolientes mientras los trabajadores luchaban por sacarlo durante el entierro del 24 de junio. Y cuando familiares y amigos miraron dentro del ataúd dañado, las manos de la señora ya no estaban dobladas como la habían colocado en la funeraria, debido a un “manejo brusco” posterior, dice la demanda presentada en agosto ante la Corte Suprema del estado NY en El Bronx.
“Estoy extremadamente complacido de que la jueza haya visto los videos y dictaminado que el cementerio violó el derecho de mis clientes a encontrar consuelo en el entierro de su madre y se ocupó inapropiadamente de su cuerpo”, dijo en un comunicado Eric Rothstein, abogado de la familia. “Esperamos que un jurado de El Bronx decida cuánto debe pagar el cementerio para compensarlos por sus daños emocionales”.
Cuando el ataúd se atascó, los trabajadores intentaron tirar de él, volviéndose más agresivos y discutiendo entre ellos a medida que avanzaba el proceso, según la querella penal. Continuaron “tirándolo” incluso después de que se abrió la capota y los dolientes temieron que el cuerpo de Oppenheimer se cayera.
Algunos miembros de la familia miraban llorando, según el reporte. Los trabajadores movieron el ataúd al césped durante una hora mientras se colocaba una retroexcavadora para alargar la tumba, y a los presentes les “gritaron que se apartaran”.
El cuerpo de Oppenheimer finalmente fue transferido a un nuevo ataúd en una funeraria cercana y bajado de cabeza a su lugar de descanso final, según la demanda.
Rothstein afirmó en agosto que el tratamiento agregó un insulto al dolor de la familia. “Es sólo una pieza más de una situación que ya es horrible”. El cementerio no ha emitido comentarios tras el anuncio de la jueza del lunes.