Mujer se muda al cementerio para vivir al lado de la tumba de su esposo
Una mujer en Argentina no pudo soportar el dolor de no estar al lado de su marido y se las ingenió para vivir al lado de su tumba durante 2 años, sin que nadie lo supiera
La mujer se las ingenió para montar una pequeña casita con todos los servicios. Crédito: Pixabay
Superar la muerte de un ser querido no es algo sencillo. Cada persona vive a su manera el proceso de duelo; algunos requieren más tiempo que otros mientras que varios necesitan ayuda de profesionales para poder continuar con su vida.
Lo que sí hay que dejar en claro es que los seres humanos no es que olvidemos a la gente que ha trascendido de este mundo sino que todos los días aprendemos a seguir con nuestro camino lidiando con su ausencia.
Esta situación puede llegar a ser complicada para muchos, a tal grado de que hay quienes simplemente no conciben la vida sin el otro, sobre todo cuando se habla de la muerte de la pareja con la que has compartido prácticamente toda tu vida.
Eso le ha ocurrido a una mujer en Argentina llamada Adriana Villarreal, cuya historia un tanto surrealista y para muchos tétrica, le ha dado la vuelta al mundo.
Resulta ser que Adriana perdió el 16 de junio de 2010 a su esposo, un hombre joven llamado Sergio Raneé Torres, quien perdió la vida con tan solo 26 años.
Sergio fue sepultado en el cementerio Dos de Mayo, en la provincia de Misiones, y un par de años después, los vecinos de este panteón reportaron a las autoridades que por las noches escuchaban ruidos muy extraños provenientes de este sitio.
La policía ingresó al cementerio para revisar el lugar y ahí descubrieron que Adriana, en ese entonces una mujer de unos 40 años, había montado una vivienda en el cementerio, al lado de la tumba de su amado.
Si de por sí la situación ya era irreal, todavía sorprendió aún más ver cómo se las ingenió esta mujer para tener una cama, equipo de audio, electricidad, gas, una televisión e incluso, hasta una computadora con internet.
Posteriormente, Villarreal indicó que montó esa pequeña “casa” con lo poco que le había heredado su marido y que jamás sintió miedo de dormir al interior del cementerio, ya que ella aseguró temerle más a los vivos.
Además, explicó que su idea la ejecutó tras un viaje que realizó a México, país en donde se le rinde un culto muy especial a los muertos y del cual aprendió que con la muerte, solo se va el cuerpo de las personas, por lo que siente que al estar al lado de la tumba de su esposo puede conectar con su alma.
